Friday, July 21, 2006

Eugenio Urrutia De Estados Unidos al Aula Magna

  • El pianista penquista compartirá escenario con intérpretes chilenos y extranjeros en un ciclo de cuatro conciertos que comienza hoy.


Obras de Beethoven y Shostakovitch iniciarán el ciclo de conciertos gratuitos que ofrecerá en la ciudad el pianista Eugenio Urrutia junto a la chelista estadounidense Kristin Hawn y otros intérpretes chilenos, con la organización de las universidades Católica y del Bío Bío.
La cita es, a las 19 horas, en el Aula Magna. Allí Urrutia y Hawn tocarán la "Segunda sonata en Sol menor" de Beethoven y la "Sonata para chelo y piano en Re menor", de Shostakovitch.
"Es un programa bastante ajustado", comentó Eugenio Urrutia, quien es originario de Concepción y vive actualmente en Indianápolis, donde hace clases en las universidades de Indianápolis y Butler, además de tener una agenda bastante copada de conciertos de cámara y recitales. "La idea de hacer este ciclo es nada más para aprovechar de tocar, además de que trajimos a la chelista de Estados Unidos, está Alejandra Urrutia acá, que es muy buena violinista, ella trajo a un alumno de la Universidad de Talca, Juan Guillermo Miuñoz, viola.
Viene Bárbara Cariaga, también violinista y tenemos también a Vladimir Jara, clarinetista", destacó Urrutia.
Kristin Hawn es originaria de Albuquerque, Nuevo México y estudia violonchelo desde los siete años, aunque se inició con violín a los tres. Ahora está a punto de terminar sus estudios en la Universidad Butler aunque ya ha tocado en España y México.
Sobre las obras que interpretarán la chelista señaló que "la obra de Beethoven es una pieza relativamente simple porque combina mucho la tragedia con el triunfo. Es cuasi trágica. Corresponde al periodo heroico de Beethoven, cuando era bastante joven. La obra de Shostakovitch es muy sarcástica y muy trágica, pero burlona.
Porque el gobierno tenía prohibido componer de una manera, él componía de otra manera pero burlándose siempre del gobierno.
Era una burla escondida. Se nota mucho, es como esquizofrénica. Se nota una disonancia musical y cambios de carácter, algo que es melódico lo va acompañando con algo más violento".
Los siguientes conciertos, siempre en jueves, incluirán quintetos y tríos de distintos compositores.

La semilla de la Sociedad Bach

-Eres de una generación que ha dado varios músicos talentosos en la ciudad. ¿A qué crees que se debe esta situación?
-Soy de la generación de Alejandra Urrutia, mi hermana; Jan Müeller, Freddy Varela, Franco Lari, Macarena Pesutic, también Claudio Santos aunque es un poco mayor. Ahora estamos todos desperdigados pero en Concepción estuvimos en la orquesta de la Sociedad Bach.
Creo que nosotros vivimos una época bien especial porque fue una bastante disciplinada, obviamente, en el colegio, en todos esos aspectos.
Y la primera orquesta juvenil de la región fue la Sociedad Bach. De ahí salieron más de 15 músicos destacados.
-¿Cuál es tu labor en Estados Unidos?
-En este momento estoy trabajando en una entidad que se llama Sadco, que está dedicada al desarrollo cultural de los latinos en Indiana, tiene cerca de 22 años. Soy director artístico cultural de la entidad y artista residente. Me dedico nada más que a la organización de conciertos, recitales, clases magistrales, desarrollo de programas juveniles.
Tengo una orquesta que se llama Proarte Chamber Orchestra y está muy asociada con Sadco, hacemos toda una serie de conciertos, tango, jazz, mucha música latina. Este año haremos un homenaje a Juan Orrego Salas, compositor chileno.

Thursday, July 20, 2006

"Una burguesa rebelde" De amor, vejez y feminismo



  • La periodista María Angélica Blanco habla sobre su tercera novela, editada por Planeta, que será lanzada el 10 de agosto en Concepción.


"Una burguesa rebelde" es el nombre de la tercera novela que ha escrito la periodista María Angélica Blanco. Una historia donde el feminismo de los años 50 es una de las líneas fundamentales.
-¿Por qué este elemento feminista?
-Yo estaba leyendo a la Simone de Beauvoir y me empapé y me fasciné tanto con sus teorías existencialistas de que la mujer vivió durante cientos de años en un estado de inautenticidad.
Mientras el hombre era el objeto de la historia ella era el sujeto. Ella era considerada como lo inesencial frente a lo esencial, que era el hombre. Y yo dije "tengo que escribir de una mujer que quiera ser autónoma, que quiera pensarse por sí misma, que sea independiente, libre". Ahí nació el personaje de la Trinidad, que es una joven aristocrática atípica para su época, porque lee mucho en vez de ir a los tés de caridad en El Crillón.

Miedo a ser viejo

-¿Trinidad tiene algún referente en la vida real?
-Siempre uno escribe no "de" uno sino que "desde" uno. Y tú obviamente eres todo lo que amaste, lo que odiaste, lo que lloraste, lo que reíste, lo que viviste. Por lo tanto yo creo que tengo bastante de la Trinidad, por ejemplo hay reglas que no me gusta respetar.
-¿Por qué situar la historia desde el geriátrico?
-Eso en realidad tiene que ver con que a mí me asusta la vejez, por la precariedad que implica.
Porque tú te das cuenta que para tus hijos, que te adoran, puedes llegar a ser un lastre, un estorbo y sin darte cuenta te puedes ver a los 70 u 80 años confinada a un asilo.
Aunque sea un resort de las máximas comodidades, pero siempre vas a sentirte carente de afectos, que es lo más importante en la vida. Antes los ancianos eran los jefes de la tribu, ahora son desechables.
-Pero a Trinidad la rescata, ella sale del geriátrico.
-Sí, la liberé de esa cárcel.
Consideré que ella era demasiado libre para morir enjaulada.
Fue un acto absoluto de liberación.
-La novela tiene muchos guiños a la historia, tanto la de Chile como de la arquitectura.
-La verdad es que yo soy investigadora como perro de presa cuando escribo y como el marido de Trinidad es arquitecto y se va a trabajar con Mies van de Rohe a Nueva York leí mucho sobre él y me fascinó aprender de arquitectura pura, como la Bauhaus.
También Trinidad funda una sociedad feminista que nunca existió en Chile, pero me preocupé de que aparecieran algunos personajes históricos como Inés Enríquez, primera intendenta y primera diputada del país, y la primera senadora, María de la Cruz. Me he preocupado mucho de escribir de mujeres que, bueno, van diez pasos adelante.

"Escribir fue como un relámpago"

-Con tres novelas a su haber. ¿Se considera escritora o periodista?
-Desde siempre quise escribir una novela. Creo que es el sueño de todo periodista. Y mi primer acercamiento a la narrativa fue en la Escuela de Periodismo de la Católica en Santiago, donde estudié, porque tuve dos maestros. Uno era un purista de la lengua, Guillermo Blanco, y el otro era un delicioso provocador, Antonio Skármeta, que nos hacía volar con la imaginación.
Durante muchos años me dediqué al periodismo, docencia universitaria, ahora estoy en relaciones públicas institucionales, pero de pronto, como un destello, un relámpago dije: yo tengo que escribir una novela. Tenía la historia en mi cabeza y así surgió la primera novela que se llama "La noche de las cuatro lunas", que tiene un estilo lorquiano, dramático, pero es muy diáfana. Luego vino "La poetisa desnuda", que fue como una sátira contra las editoriales, se trata de una bibliotecaria que escribía en un subterráneo. Luego vino "La burguesa rebelde".
De ella hubo una primera autoedición de 300 ejemplares. Y luego Planeta la tomó. El 10 de agosto se hará el lanzamiento en el instituto Chileno-Norteamericano. Para mí fue un rotundo apoyo que una editorial como Planeta haya acogido mi novela.
Es como si entrara en la biblioteca universal de Borges.

Una burguesa atípica

Trinidad Basualto cuenta su historia desde un exclusivo resort geriátrico en Pirque, donde ha sido recluída debido a una trombosis. Desde ese escenario que odia recuerda una vida que ha estado marcada por la influencia de su padre y de grandes pensadores como Simone de Beauvoir que la impulsan a buscar su propia identidad y su autonomía, algo que está contra las concepciones de la época.
El amor de sus nietas y la compañía de una amiga también recluida la ayudan a sobrellevar su vejez y el odio enconado de una de las enfermeras, además de permitirle revelar un secreto que ha guardado toda su vida adulta "y que no vamos a contar para dejarle la sorpresa al lector", argumentó su autora.

Monday, July 17, 2006

Teatro E. Molina: un paso más cerca


  • La municipalidad ya tiene en sus manos el estudio del Idiem que asegura que el edificio se puede recuperar. Un concurso de propuestas de arquitectura permitirá definir qué uso se le dará.


Por Claudia Farías

Se ha despejado la incógnita. Aunque muchos lo sostenían desde antes, el estudio encargado al Departamento de Investigación y Ensayo de Estructuras del Idiem por el municipio penquista ya dejó absolutamente claro que las ruinas del Teatro del Liceo Enrique Molina pueden ser restauradas y este espacio puede recuperar su antiguo esplendor.
David Silva, ingeniero civil de ese Departamento, señaló en Concepción que “las conclusiones, que tiene la municipalidad en su poder, son que el teatro podría ser restaurado. Presentamos un proyecto de recuperación y con esto concluye nuestra etapa”.
Respecto a las características de esta propuesta de reforzamiento Silva indicó que “en general nos atuvimos a la solicitud de la municipalidad de mantener el diseño del teatro, pero hay partes que definitivamente no se pueden salvar. En general el proyecto que presentamos no altera mayormente las características del edificio. Hay algunas cosas que se tienen que reemplazar, pero se mantiene lo que es fachada.
En el interior hay cosas que es necesario reemplazar, especialmente en la zona de las escaleras.
No hay que rehacer la estructura, simplemente son cosas de refuerzo e intervenciones menores. Ahora queda en las manos de la municipalidad el proyecto de arquitectura que ya debería ser mucho más costoso, porque hay que rehacer terminaciones, mejorar las existentes, instalar butacas, escenario, etcétera que son cosas más costosas que el tema estructural.
Calculamos que el teatro puede ser para 300 a 500 personas, dependiendo de la configuración que se le dé como auditorio”.
La propuesta de reforzamiento hecha por el Idiem tiene un costo de 261 millones de pesos y fracción, se informó en la municipalidad.

La decisión

El tema ahora es qué destino se le dará al edificio. En ese sentido la alcaldesa Jacqueline van Rysselberghe dijo que “en el último directorio urbano, realizado hace dos semanas, planteamos las conclusiones del estudio y el acuerdo fue hacer un concurso para definir qué hacer con el teatro. Es decir, se puede recuperar como teatro, se puede establecer como espacio cultural, se puede construir todo de nuevo o dejarlo como está. Eso hay que definirlo”.
La jefa edilicia señaló que “personalmente pienso que sería un buen centro cultural para la ciudad.
Porque es un espacio que trasciende al liceo, que trasciende a la municipalidad, es un patrimonio de Concepción y, como tal, debe ser utilizado por toda la comunidad”.
Respecto a de dónde saldrían los fondos tanto para el reforzamiento como para la habilitación del recinto, la alcaldesa señaló que una vez que esté claro su destino se tendrá que postular a fondos nacionales o regionales, como el Fndr.
El arquitecto Sergio Baeriswyl, miembro del directorio urbano, señaló que el concurso es para reunir “ideas para definir la arquitectura de recuperación del teatro. Se acordó formar una comisión que estará conformada por representantes de las facultades de Arquitectura de las universidades del Bío Bío y Concepción, del Colegio de Arquitectos y de la Cámara Chilena de la Construcción, además de expertos en Patrimonio de la región.
Esperamos que la comisión se pueda reunir en unos 15 días para hacer el llamado al concurso. Así esperamos llegar a un concepto de lo más adecuado para ese espacio”, dijo el profesional.
Claro está que la propuesta de reforzamiento de la estructura que hizo el Idiem será una de las bases desde las que tendrá que partir cualquier proyecto que sea presentado a este certamen.

Un escenario con historia

El teatro del Liceo Enrique Molina Garmendia formaba parte de un antiguo proyecto que a comienzos del siglo pasado buscaba convertir el liceo en una universidad, la primera del sur de Chile. Sin embargo con la creación de la U. de Concepción en 1917 esta idea no se concretó, aunque se siguió adelante con la construcción del teatro y del internado del colegio.
De allí que en 1939 comenzara a utilizarse el edificio, el que funcionó sin inconvenientes hasta que el terremoto de 1960 derrumbara gran parte de las construcciones aledañas. A raíz de ello se decidió que el teatro ya no era seguro y no se volvió a utilizar, siendo desmantelada su decoración y quedando la estructura a la espera de una decisión definitiva sobre su demolición o restauración.
Desde entonces varias agrupaciones ciudadanas, especialmente de ex alumnos del liceo, han clamado porque se recupere esta construcción recolectando firmas, realizando eventos artísticos en su frontis y generando una corriente de opinión que ha ido cobrando fuerza en los últimos años hasta llegar a la destinación de fondos tanto municipales como del gobierno regional para intentar la recuperación del edificio.

El estudio

En los primeros días de febrero de este año un equipo del Departamento de Investigación y Ensayo de Estructuras (IEE) del Idiem de la Universidad de Chile se instaló en el Teatro Enrique Molina para analizar las ruinas y recolectar toda la información posible con la que después, en los laboratorios de Santiago, se determinaría la capacidad del edificio de resistir el uso público.
Para ello se hizo levantamiento de daños y geométrico, prospección de las fundaciones, recolección de testigos de hormigón y extracción de trozos de barras de acero, entre otras tareas.
Según lo que se vio en ese momento los daños más importantes están asociados a la corrosión en el acceso y las escaleras del teatro. También la construcción del cielo raso, de hormigón pero con poca cantidad de acero hacía prever que debería ser reconstruido. Sin embargo en el interior del recinto no se apreciaba un daño importante.

“El Barbero de Sevilla”:Una lucha generacional por la libertad y el amor



  • El triunfo amoroso sobre las barreras que imponen sistemas anticuados es una de las lecturas que se privilegia en la puesta en escena de la obra de Rossini para el Teatro UdeC.
  • El director musical y el director escénico se refieren a esta producción de la UdeC, donde participarán unas 120 personas y que se estrenará el próximo jueves.



Por Claudia Farías.

Esta es la primera vez que Matías Cambiasso realiza “El barbero de Sevilla” y también la primera vez que trabaja en Concepción.
El director escénico argentino tiene numerosas óperas y zarzuelas en su currículum, donde destaca, en nuestro medio, la producción de “La Cenerentola” de Rossini, premiada con el Apes al mejor montaje operístico 2004.
En este caso Cambiasso viene decidido a romper esquemas.
“Cuando abordamos este tipo de obra tan clásica, paradigmática del género de la ópera qué encontramos, que en función de eso tópico que tienen han sido cristalizadas, consagradas por el público y sus propios intérpretes como obras cerradas, intocables, donde todos se sienten seguros, el que las interpreta y el que las recibe. Y lo que nosotros queremos hacer, nuestra misión como artistas, es romper ese cristal, esa falsa caparazón y ver qué concepto es lo que nos da la obra y no quedarnos en la pirotecnia vocal o en las pelucas blancas.
Para el director escénico su tarea principal es establecer el concepto y en este tipo de obras hay infinidad de conceptos”.

La eterna lucha

-¿Cuál es la propuesta escénica en este caso?
-Nosotros hemos optado por algunos de los conceptos, el poder del dinero, la movilidad social, la presencia de Sevilla como lugar arquetípico, no como lugar folclórico de balcones con macetas, y la lucha por la libertad, por trascender rejas o cadenas que se imponen pero que a la larga terminan siendo rotas. Eso también significa un recambio generacional, la eterna lucha de los jóvenes contra los viejos, no por ser viejos sino por representar sistemas antiguos. No olvidemos que el libreto parte de la época del iluminismo y de la revolución francesa, está cargado de significado.
-¿Cómo enfrenta las limitaciones del escenario?
-Es cierto, el teatro tiene algunas pequeñas limitaciones de orden técnico, pero la habilidad está en saber cómo sacarle partido a lo que hay. Hemos diseñado una producción para este escenario. A partir de las condiciones dadas se ha tratado de lograr el máximo de rendimiento y de posibilidad artística.
El espacio es realmente pequeño comparado con escenarios más tradicionales o por lo menos para este género, la ópera convoca mucho intérprete, coros. Es otro desafío para el director escénico poder manejar ese espacio y yo creo que con la colaboración de todos los artistas y cómo ellos han entendido e internalizado la propuesta escénica el espacio no es chico sino que es adecuado.

La pericia del casamentero

“El barbero de Sevilla”, Fígaro, se compromete con el Conde Almaviva a interceder por él ante la joven Rosina, alumna del Dr. Bartolo, de quien el aristócrata está enamorado.
El conflicto está en que también Bartolo pretende desposarla manteniéndola encerrada en su casa.
Fígaro busca la forma de que el Conde entre en la casa del doctor para ver a Rosina.
Primero lo disfraza de soldado pidiendo alojamiento. Al fallar esta estrategia lo disfra de seminarista para dar clases de canto a Rosina en lugar del sacerdote Don Basilio, que está enfermo. La música duerme a Bartolo y los enamorados aprovechan para tramar la forma de huir.
El Barbero llega a afeitar al doctor y lo distrae para dar más tiempo a los jóvenes, sin embargo Bartolo se da cuenta del peligro y decide realizar el contrato nupcial, enviando por Don Basilio. Una tormenta azota a Sevilla al cabo de la cual Fígaro y Almaviva llegan hasta el balcón de Rosina. El Conde se presenta con su verdadera identidad y pide a la joven que sea su esposa. Son descubiertos por Bartolo pero ya el doctor no puede enfrentar al conde y no le queda más que aceptar el matrimonio.

Una comedia muy entretenida

El director musical de la ópera es Luis Gorelik, director titular de la Sinfónica de la UdeC. Destacó que “puedo prever una producción de mucho éxito en lo artístico, contamos con un elenco excelente, la ópera es entretenidísima.
Estamos trabajando bien y espero tener una producción de lujo”.
-¿El que sea una ópera bufa le da otro carácter a la música? -Toda la actitud frente a una ópera bufa es absolutamente diferente que frente a una ópera dramática. Tanto en el enfoque musical que se le da como en el escénico. La ópera bufa es una comedia y como tal tiene que tener un ritmo escénico rápido. Además las comedias abundan en situaciones de conjunto. No existe el enfoque profundo sicológico sobre un personaje específico. Aquí lo que entretiene es la situación, las tensiones que se dan entre los distintos participantes del grupo. Eso implica un enfoque muy específico y por sobre todas las cosas muy ágil.
-¿En términos de la orquesta es una obra complicada?
-Como dirección musical es muy complejo porque hace falta una coordinación dentro de un ritmo muy acelerado. Además es una ópera de estilo belcantístico en el cual la orquesta se integra al ritmo vocal de una forma muy especial. Para explicarlo de otra manera, la voz está tratada como si fuera un instrumento. Eso necesariamente implica una conjunción con los instrumentos de la orquesta mayor que en otras óperas.
-A veces en este teatro pasa que la orquesta se “come” a los cantantes. ¿Cómo se resuelve eso?
-Lamentablemente la sala de nuestro querido teatro tiene una acústica muy deficiente. Estas óperas están pensadas para hacerse en salas que gozan de una acústica favorable. La acústica que tenemos aquí es tremendamente seca, la proyección que tiene la voz de los cantantes desde el escenario hasta la sala es muy baja, juega en contra.



El teatro ideal de Concepción


  • Entre 400 y mil 500 butacas, con una sala de cámara anexa, un buen escenario, iluminación y acústica excelentes, camarines y cafetería, y que sea un centro de difusión de todas las artes son las características principales que debería cumplir el teatro penquista soñado.



Por Claudia Farías

Mientras ciudades como Talca y Temuco disfrutan de flamantes teatros regionales, modernos y con capacidad para recibir a las más diversas manifestaciones artísticas, en Concepción debemos conformarnos con una serie de salas que aunque reúnen muchas buenas condiciones, no las tienen todas. Por un lado varias ofrecen cabida para poco público, mientras el principal espacio de la ciudad, el Teatro Universidad de Concepción, a pesar de los importantes esfuerzos que se han hecho para mejorarlo, tiene limitaciones que derivan de que fue construido para funcionar como cine.
Pero ¿cómo debería ser el teatro ideal de Concepción? Le pedimos a varios representantes de distintos ámbitos artísticos de la ciudad que echaran a volar la imaginación y plantearan qué características tendría este anhelado espacio. Aquí están sus respuestas:

Un buen escenario

La coreógrafa e integrante del Centro de Danza Calaucán, Paola Aste, dijo que el espacio ideal debe tener “la infraestructura para teatro, danza, música. Tiene que ser un teatro grande con un buen escenario, baño, camarines, buena iluminación, sonido y un piso adecuado”.
Explicó que “para la danza un escenario adecuado es de 10 por 12 metros más o menos, con buena iluminación, ojalá que tenga una parrilla de luces. Son importantes los camarines, baños en buen estado, cafetería ojalá, para hacerlo más agradable”. Agregó que también “sería ideal una sala para unas 600 personas y otra más pequeña para unas 200 ó 250 donde se pueda hacer espectáculos de cámara, teatro y danza más pequeños”.

Que irradie cultura

María Nieves Alonso, directora de Extensión de la Universidad de Concepción destacó que “la necesidad de un teatro es obvia, todos la compartimos, pero no hay que abandonar lo que se tiene.
Utópicamente yo dejaría el Teatro de la Universidad de Concepción bien, en muy buenas condiciones y para buen cine también, eso no hay que abandonarlo. Lo dotaría de todo lo que necesita. Después arreglaría el Enrique Molina por una cuestión de historia, de tradición, de recuperación de patrimonio, que es tan importante, y el lugar es estupendo”. Finalmente agregó. “Y construiría un teatro municipal, con fuerte dependencia del Estado para que vele porque sea un teatro de uso democrático y con una administración que tenga un espíritu de difusión de la cultura y que sea heterogéneo.
Entre mil 200 y mil 500 butacas, se me ocurre, y que idealmente tuviera un par de elencos estables, orquesta, ballet y coro, porque, si no, es un inmueble y tiene que ser un lugar que irradie cultura”.

Más de uno

Rodrigo “Peje” Durán, chelista de la Orquesta Sinfónica de Concepción e integrante del conjunto Entrama señaló que “es una pregunta aparentemente simple, pero compleja en el fondo. ¿Por qué? Un teatro es sólo una pieza más en el proceso artístico. Acá hay muchos elementos en juego.
Desde la orquesta con sus conciertos y ópera, pasando por la danza, clásica, moderna, el flamenco, el teatro, la música popular.
Además están los espectáculos de afuera. Está el público y la convocatoria. En fin, creo que tengo más preguntas que respuestas.
¿Hay que hacer un promedio de todos estos parámetros? Quizás sea mejor más de un teatro, más específicos y menos caros. Sea como sea, un teatro debe ser un espacio que arquitectónicamente y artísticamente convoque a la comunidad local, y nacional ¿porqué no?”

En detalle

Desde el ámbito del teatro, la directora regional de Cultura Lucy Neira, entregó especificaciones exactas para su escenario ideal: Una recepción con galería de acceso y un hall donde se puedan hacer exposiciones, un café y baños para público, sin olvidar una entrada para discapacitados. La sala, en el área del público, debe contar con una acústica perfecta, con 400 butacas distribuidas en forma diagonal (levemente) hacia el escenario, con un pasillo al centro y uno en cada lateral. Las butacas cuentan con 35 grados de inclinación y pequeñas luces reflectantes en los pasillos. La distancia de la primera fila al escenario, no será mayor a 1 metro y medio (foso).
La inclinación de las butacas, desde entrada a sala a escenario, será levemente descendente.
El escenario, también con acústica perfecta, debe ser de madera rústica, pulida, de 10 metros de fondo por 12 de ancho en primer plano, reduciendo hasta llegar a 8 x 10 metros hacia el final. Corbata de 1 metro de profundidad.
Debe estar implementado con parrilla de luces de 48 focos por 56, más un seguidor, una altura de piso a parrilla de 7 metros.
Contará con tres panorámicas: negra, blanca, celeste. Los afores, serán de igual color.
Tendrá 3 “patas”, por lado, o 3 entradas y salidas, telón y bambalinas.
Detrás de escenario habrá un pasillo con pequeñas luces reflectantes o focos tenues para tránsito de elenco que conecta con las patas y los camarines.
La actriz y directora de teatro incluye también cuatro camarines con baño y ducha, calefacción, espejos y mesones de maquillaje, entre otras cosas.

Un sine qua non

Para el arquitecto Antonio Zelada “es un sine qua non para una ciudad que se precia de grande y de polo cultural para el sur del país tener un teatro de buenas condiciones.
Lo ideal -comentó- sería un terreno central, pero no son fáciles de encontrar. Si se llega a hacer un teatro grande que dé cabida a todas las manifestaciones artísticas tiene que tener gran capacidad, no tanto de público como técnica”. Si uno ve los planos de teatros como la Opera de París, las instalaciones de público no equivale ni a un cuarto de la superficie de apoyo que hay detrás de eso. Está la implementación de bodegas, camarines, talleres de escenografía. Si uno quiere hacer algo en serio debería pensar en esas cosas”.

Consejo de Cultura: ¿Chillán o Concepción?


  • Cuatro entrevistados analizan los pro y los contra de trasladar la sede regional de Cultura a Chillán. Mientras unos lo ven como signo de descentralización otros opinan que no es así como se logra este objetivo.



Por Claudia Farías.

Esta historia podría muy bien contarse como un cuento de hadas: Hace muchos años había dos ciudades que querían ser capitales culturales de Chile, Valparaíso y Chillán.
Como sólo una podía serlo hubo grandes discusiones, declaraciones en pro y en contra de cada ciudad hasta que tras largas deliberaciones y soportar muchas presiones el Senado decidió que sería Valparaíso la coronada con el Ministerio de Cultura. Chillán aceptó convertirse en la capital regional de lo mismo... Y vivieron felices para siempre.
Lamentablemente es en esta última frase donde se derrumba el cuento de hadas. Aunque fue anunciado hace ya dos años por el entonces ministro de Educación Sergio Bitar y el alcalde de Chillán, Aldo Bernucci, la sede regional del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes no se ha movido un centímetro hacia Chillán desde su ubicación en Chacabuco 618 en Concepción.
El tema volvió a tomar relevancia hace poco más de una semana cuando la intendenta Soledad Tohá anunció en Chillán que en el más breve plazo posible la sede regional de Cultura estaría funcionando en esa ciudad, tal como había sido prometido, y que se estaban buscando ubicaciones, en conjunto con el alcalde de esa comuna, para instalarla.
Desde entonces numerosas voces se han levantado para aplaudir o rechazar la medida e incluso hubo una sesión extraordinaria del directorio del Consejo Regional de Cultura, aunque los consejeros, incluida la directora regional, han evitado hacer declaraciones.
A continuación cuatro voces autorizadas en la materia analizan los pro y los contra de trasladar la sede cultural a Chillán.

La sede no basta

El investigador e historiador Alejandro Witker señaló que tener la sede fuera de Concepción no basta, se deben dar otras condiciones. “Lo fundamental no es dónde esté ubicada la sede sino cómo se distribuyen los recursos para la cultura, que deben ser equitativos. También se debe terminar con la imposición de Santiago que decide en qué se debe concursar para obtener fondos culturales”, dijo.
“Que la sede estuviera en Chillán sería muy bueno, yo soy de acá, me gusta la idea, pero siempre que haya autonomía y distribución equitativa de los fondos. Si no se tiene eso poco importa donde está la sede del Consejo. Lo importante es terminar con que en la capital regional se concentren los recursos”, insistió.
Witker puso como ejemplo que “el Fondart nacional dio 30 millones de pesos para un documental sobre los amoríos juveniles de Volodia Teiteilbom y Gonzalo Rojas mientras a nosotros no nos dieron un peso para recuperar parte de la historia de Bernardo O’Higgins”.
El historiador propone que “en cada provincia, bajo la tuición del gobernador, una comisión responsable convenga un procedimiento para presentar proyectos. El punto es que cada provincia pueda decidir sobre sus fondos culturales”, concluyó.

Ente congregador

Para Viviana Campos, directora general del centro de danza Calaucán y parte del colectivo Sitradanza, en términos de tramitación no tiene importancia dónde esté ubicado el Consejo “porque se realiza todo por internet. Claro que para la gente de comunas más chicas que viajan a hacer consultas o trámites les va a quedar más lejos”.
El problema se presenta en el rol que ha asumido el Consejo hasta ahora de congregar a distintos actores culturales.
“Cuando se trate de hacer reuniones habrá problemas para ir a Chillán por la dificultad de coordinar a la gente. Ya es difícil ahora encontrar un día en que todos tengan tiempo para reunirse, va a ser mucho más difícil si se trata de hacerlo en Chillán”.
Para Viviana Campos esto significa que “ya no va a ser el Consejo el que nos reúna, va a perder ese papel de ser el lugar de encuentro de los actores culturales. El ser ente congregador es uno de los papeles más importantes del Consejo y yo creo que eso se podría perder si está en Chillán, porque nadie va a organizarse para ir hasta allá a una reunión de una hora”.

En las dos ciudades

Moira Délano, ex directora regional del Consejo de Cultura, señaló “sin afán de generar polémica de ninguna especie”, que no es por esos lados por donde va la descentralización.
“La instalación de la sede con muy poquitos funcionarios en Chillán, en Los Angeles, en Concepción, no hace la gran diferencia. Lo que hace la diferencia es que las políticas regionales tengan un carácter descentralizador, desconcentrador y que vayan irradiando dinámicas culturales potentes hacia todo el territorio”, sostuvo.
Moira Délano destacó que lo de Chillán es una oportunidad para poder generar una oficina fuera de Concepción “pensando que en la capital regional siempre debe existir una unidad que pueda recoger y ser la interlocutora permanente, diaria, cotidiana de todos los servicios y los agentes culturales.
Pensemos que el 80% de los agentes culturales de la región están en Concepción y no en otros lados.
Entonces por un grado de eficiencia importante para la toma de decisiones y el desarrollo cotidiano de esta institucionalidad se requiere una sede en la capital regional.
Ahora eso no inhibe sino que potencia la posibilidad de tener oficinas y funcionarios instalados en distintos puntos del territorio. Eso facilitaría mucho más esta tarea de descentralización”, aseguró.

“Sí o sí”

El alcalde de Chillán, Aldo Bernucci, aseguró que “Chillán sí o sí va a ser sede de la cultura”. Recordó que “esto fue una oferta del presidente Lagos y los parlamentarios de la zona cuando Chillán postulaba a ser capital cultural y quedó en segundo lugar. Esto es algo con lo que la comunidad estaba comprometida, lo consideramos un derecho adquirido”.
Bernucci señaló que “tras la reunión con la intendenta nombré una comisión que trabaja en determinar cuál sería el lugar para instalar al consejo. En la semana vamos a dar esa ubicación a la intendenta. Tenemos un lugar muy bueno”, dijo agregando que como comuna van a hacer todos los esfuerzos para lograr la instalación de la seremi de cultura allá. De hecho, tanto es así que el lugar que estaría ofreciendo Chillán para esta repartición sería el edificio donde actualmente funcionan la Biblioteca Municipal y el Museo de Historia Natural. El alcalde recordó que este sería un lugar provisorio,por uno o dos años, mientras el Consejo de Cultura establece su propio espacio.
“Es deber del Ejecutivo instalar y mantener sus servicios.
Nosotros estamos contribuyendo a que tenga una sede por ahora, aclaró, agregando que tienen proyectado que antes de 60 días, si funciona todo como estaba planificado, podríamos poner a disposición el edificio”.



Manuela Gumucio:Escribir desde una familia de políticos



  • Presentar "Once mil vírgenes" en Concepción le resultó complicado a la autora "porque es como la tierra santa de Miguel Enríquez".



Con la sonrisa a flor de labios y la carcajada muy cerca, Manuela Gumucio impresiona por su cordialidad y su sencillez. La periodista y socióloga estuvo en Concepción el viernes haciendo gala de su nueva condición de escritora ya que presentó su primer libro "Once mil vírgenes".
Este, editado por Alfaguara, va por su segunda edición y pronto sacará una versión de bolsillo.

Ficción y realidad

-¿Cómo fue sacar la primera novela?
-Fue muy duro sobre todo porque aunque uno siempre escribe sobre su experiencia en ésta fue muy difícil camuflar los verdaderos personajes, aunque yo creo que es una ficción hecha y derecha, en la medida de que siempre hay una construcción, no es la verdad absoluta. Pero en el fondo los personajes son muy fáciles de identificar.
-¿Ha tenido problemas con algunos de esos personajes?
-No, porque uno de los personajes que es más conflictivo es mi madre, que, es bien injusto, pero no está en estado de enojarse. Pero es complicado venir a Concepción que es como la tierra santa de Miguel Enríquez y la novela es bastante irreverente con él como personaje. Claro que los verdaderos secretos no están ahí, no está todo contado, bajo la apariencia de que sí. Otro de los personajes que aparece es la madre de Miguel Enríquez que vivió toda su vida en Concepción.
-¿De dónde viene el título?
-Es de una parte del libro, bastante atrás, por eso cuesta un poco descubrirlo.
La protagonista dice que ella estuvo en un colegio donde la santa patrona era Santa Ursula. Y Santa Ursula es una leyenda en que ésta es como una princesa que va en un barco con once mil vírgenes a encontrarse con la persona que sus padres han decidido que se case y este barco es asaltado por los bárbaros hunos y ella las protege para que no las violen.
En el fondo la protagonista cuenta su dificultad en su relación con los hombres y entonces al final termina diciendo que una persona que ha vivido con esta imagen (de Santa Ursula) toda su vida no tiene otra cosa más que ser muy reprimida, con muchas dificultades (ríe).
-Detrás de su nombre van una serie de "adjetivos": pareja de Miguel Enríquez, mamá de Marco Enríquez-Ominami, pareja de Carlos Ominami, hija de Rafael Gumucio ¿Cómo se define?
-La verdad es que nunca me he acomplejado por eso. Efectivamente pertenezco a una familia de hombres políticos, no de mujeres políticas.
Creo que en ese sentido no nos hemos liberado porque yo también podría haber hecho una carrera política, pero nunca les he querido disputar eso, porque como soy mejor les puedo ganar (ríe). Que me agradezcan que me dediqué a la literatura y otras cosas. Yo soy periodista y soy directora de televisión y ahora estoy con la escritura que es lo que más me gusta, desde hace muchos años.
Por fin me puedo dar ese gusto.
-Volviendo al libro ¿qué influencias literarias tiene? -Me gustan los escritores ingleses sobre todo. Y lo que tiene mi libro es una cierta crueldad con humor, que es muy de la literatura inglesa.
-¿Es también su forma de ser?
-Sí, me encanta el humor hasta las últimas consecuencias. Miguel (Enríquez) decía que me parecía a una abuela suya que podía dejar cualquier embarrada con tal de hacer un chiste. Así soy yo.

Televisión súper mala

Manuela Gumucio dirige un observatorio de medios dedicado a evaluar la televisión. Por ello es una voz autorizada para criticarla.
"Creo que en televisión lo que está pasando hoy día es como refocilarse en el lodo. Creo realmente que la tevé está mandando una señal a la sociedad con este solazarse en las estupideces más grandes. Imagínate que venimos de tres portadas sobre Julio César Rodríguez de Las Ultimas Noticias y que todos los programas tienden y vierten hacia este pelambre institucionalizado".
"Yo creo que aquí hay una cosa que en cierto modo está hablando de una ruptura muy grande con los verdaderos temas del país. En el fondo es darle la espalda. Voy a decir una cosa medio loca pero es casi como una forma de rebeldía.
Es como "sabís que, hablemos de caca ¿ya?, porqué no hablamos de caca?". Pero yo te diría que hay un juego convencional, porque la gente a pesar de que ve esto y no le queda otra y se hipnotiza con esto -a mi también me pasa- hay una conciencia extendida, también en los sectores populares, de que esto es una televisión súper mala. Espero que sea sólo una racha".
Acerca de la excusa de que el rating manda, contestó que "el rating es una cosa que se crea.
No es tan sacrosanta, no es un instrumento de medición tan perfecto.
Además, el rating es una cosa que se trabaja, que se cultiva.
Tu generas un clima, un ambiente en torno a las cosas, entonces también puedes hacerlo en torno a otras cosas, si tienes voluntad".

En defensa de la lectura


  • Representantes de diversas áreas de la cultura aprovechan esta fecha para responder a la pregunta ¿Por qué es importante leer?.



Cuando en 1995 la Unesco decretó el 23 de abril como el Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor lo hizo pensando en que ésta era unas de las mejores formas de lograr el enriquecimiento cultural de cuantos tengan acceso al libro, y el “máximo desarrollo de las sensibilidades colectivas respecto de los acervos culturales mundiales y la inspiración de comportamientos de entendimiento, tolerancia y diálogo”.
También se basó la resolución en que “el libro ha sido, históricamente, el elemento más poderoso de difusión del conocimiento y el medio más eficaz para su conservación”.
Además se consideró que las actividades asociadas al Día del Libro, como ferias y exposiciones, habían demostrado ser una de las maneras más eficaces para la promoción y difusión del libro en los países que ya contaban con esta celebración.
Respecto a la fecha la Unesco se decidió por el 23 de abril porque ese día murieron tres grandes de las letras mundiales, William Shakespeare, Miguel de Cervantes y Saavedra y “El inca” Garcilaso de la Vega.
Con estas ideas en mente decidimos volver a lo básico y preguntamos a representantes del mundo cultural ¿Por qué es importante leer? He aquí sus respuestas:

Para la imaginación

La directora del Centro de Danza Calaucán, Paola Aste, se tomó un momento en medio de sus clases para comentar que “leer incentiva la imaginación, la creatividad.
Sirve como una forma de alimentar tu cultura general”.
Agregó que, sin embargo, lo más importante de la literatura es que permite que “uno vaya creando sus propios mundos. Uno se involucra, se envuelve con lo que está leyendo.
También abre un poco la sensitividad, la capacidad de percibir sensaciones distintas. A mi me encanta leer, me entretiene. Para mi es muy importante”, concluyó.

“Es maravilloso”

Daniel Hernández, narrador oral escénico o “cuentero”, quien estuvo de visita hace unos días en nuestra ciudad, contestó que “yo diría que una de las sensaciones fascinantes que te deja el leer está relacionada con la capacidad de recibir imágenes. La literatura hace eso y además en la intimidad. Es esa magia de poderse meter y estar solo ahí viajando varias horas por esos mundos del libro sin necesidad de pagar pasajes ni hacer maletas”.
“Yo diría que, más que importante, leer es maravilloso, por todo ese conocimiento que adquieres de una manera divertida, de una manera gozosa. Aunque no vamos a decir en defensa del libro que todos los libros son entretenidos. Yo diría que esa es una de las habilidades que uno tiene que poder transmitir a la gente cuando quiere que se inicie en la lectura. No forzarlos a leer “ladrilllos”, que realmente lo que hacen es alejar más de la lectura a la gente. Hay que buscar cosas que realmente enganchen para iniciarlos en el hábito lector”, advirtió.

Capacidad de razonar

El magíster en Literatura Tito Matamala señaló que “con la lectura uno aprende palabras del modo más natural, las ubica en el contexto, las entiende y luego puede usarlas. El tamaño del léxico de una persona va en directa relación con la capacidad para pensar. Es una relación matemática directa e indesmentible: mientras más uno lea, más capacidad tiene para razonar.
Y por tanto, de alcanzar sus sueños”.
Agregó que “es importante leer porque la literatura, la buena literatura, es un desafío a la imaginación.
Nos obliga a reflexionar sobre esos espacios vacíos que ha dejado el libro, sobre las cosas que el autor premeditadamente no explicó, y de las cuales uno saca sus propias y legítimas conclusiones. Una buena novela es una máquina de pensar, con lo que volvemos a la idea inicial”.
Daniel Ramos, subdirector de la Biblioteca Viva, indicó que es “importante leer porque permite enriquecer el lenguaje, y el lenguaje es la principal herramienta de comunicación que tenemos los seres humanos”.
Consultado sobre si la literatura permite conocer otras realidades, Ramos indicó que “pienso que ayuda a construir un lenguaje nuevo, más amplio, pero para conocer bien lo que pasa en otras partes tienes que vivirlo, tener experiencias, y no creo que eso se pueda lograr a través de las páginas”.
Sin embargo, el subdirector de la Biblioteca Viva señaló que los libros “dan la posibilidad de enriquecer tu mundo interno y de conocer cosas nuevas e interesantes”.




Arte desde el imaginario local


  • Cinco galerías de la ciudad, catorce artistas y más de un año de trabajo se necesitaron para la exposición “Entrecruces: Biobío-Paraná”que se realizará desde el jueves hasta el 13 de abril, para viajar en mayo a Rosario,Argentina.



Por Claudia Farías.

El Polo de Desarrollo de Arte Contemporáneo de la Región del Biobío (Arte Biobío) viene trabajando de manera más o menos silenciosa desde 2003, realizando clínicas, seminarios y otras actividades destinadas mayoritariamente a los artistas y gente relacionada con el ámbito cultural.
Ahora ha llegado el momento de abrirse a la comunidad y lo hace en grande organizando una exposición que reúne a 14 creadores de la región y que se exhibirá nada menos que en cinco salas simultáneamente.
Se trata de la muestra “Entrecruces: Biobío-Paraná” que será inaugurada el miércoles 15 con una serie de actividades que comienzan a las 16 horas en el Aula Magna con un encuentro/ conferencia de prensa que será abierto al público y donde participarán los artistas y los curadores de la exposición Simonetta Rossi y Justo Pastor Mellado.
A las 19.30 horas se hará la inauguración propiamente tal en el odeón de la Plaza Independencia, donde se mostrará un video sobre Arte Biobío, para luego hacer un recorrido por las cinco salas.
Estas son la Universitaria, de la UBB, U. Católica, Alianza Francesa y del Instituto Chileno- Norteamericano.
Los artistas son Luis Almendra, Claudio Bernal, Oscar Concha, Natascha de Cortillas, Roberto Espinoza, Leslie Fernández, Alvaro Huenchuleo, Carolina Maturana, Fernando Melo, Evelyn Rozas, Oliver Sáez, Carlos Valle, Lorena Villablanca y Dolores Weber.

Arte desde acá

La curadora Simonetta Rossi explicó que la idea de esta muestra que cuenta con financiamiento Fondart 2005- sale del hecho de que hacer arte en regiones es distinto que hacerlo en la capital. De allí que se aprovechen estas diferencias y se haya establecido un tema o línea curatorial en que “cada artista desarrolla con libertad su obra pero propone a partir de la idea de crear aquí y ahora en Concepción. No significa que son obras localistas sino que hay una investigación en el imaginario local, que no es lo mismo. No es folclor. Entonces en el proceso de obras, que duró bastantes meses, cada artista fue madurando su trabajo y como consecuencia de ese trabajo tenemos este guión expositivo que se inaugura ahora en Concepción y en mayo en el Museo de Arte Contemporáneo de Rosario”.
Esta búsqueda en el imaginario colectivo se da de distintas formas, de allí que existan seis ejes curatoriales que se muestran en las diferentes salas. Estos son los ejes del gusto, arquetípico, verde, familiar, objetual y de circulación.
Dentro de ellos, cuenta Simonetta Rossi, “tenemos ejemplos muy distintos: Oscar Concha trabaja objetualmente con platos de Fanaloza, ahí tenemos un ejemplo claro, Fanaloza está arquetípicamente en la conciencia regional. Carolina Maturana trabaja con restos de zapatos recogidos del río Biobío, ella investiga en temas que tienen que ver con la ciudad, con la marginalidad.
En el caso de Evelyn Rozas (que es de Chillán, junto a Lorena Villablanca), ella trabaja con sustancia de Chillán, está dentro del eje del gusto. Ahí volvemos reafirmar ideas iconográficas nuestra ciudad, que es la intención”.

La relación con Paraná

Según explicó Simonetta Rossi, la muestra lleva el nombre del río Paraná debido al gran acercamiento que ha tenido Arte Biobío con la ciudad de Rosario, en Argentina, donde la exposición será recibida en mayo en el Museo de Arte Contemporáneo de esa ciudad, junto a 9 de los artistas que participan en ella.
“Biobío-Paraná son dos ejes fluviales fundamentales que rigen las dos ciudades. Son dos ciudades industriales, que tienen un río importantísimo, que lo han tapado y están en un proceso de redescubrirlo. Hay muchos puntos equiparables. Nos dimos cuenta de que la manera de trabajar la cultura en estas dos ciudades permite establecer relaciones entre ellas”, comentó.

Artistas/guías

La muestra ofrecerá también la posibilidad de hacer visitas guiadas por los mismos artistas porque “parte importante de este proyecto tiene que ver con la creación y ampliación de público. Hay teléfonos para inscribirse por grupo (09-513102 y 09-9827353) y recorrer
las muestras. Así estamos logrando un acercamiento mayor a un arte contemporáneo que de repente puede ser un poco hermético, complejo
para algunos, nosotros vamos a entregar algunas herramientas para que puedan apreciar la obra, entender la propuesta que hay acá”, comentó la curadora, aunque aclarando que “Las obras tienen algo en común y es tarea del espectador también desentrañar la propuesta que hay ahí. Hay una libertad muy grande para que cada espectador haga su propia lectura, y así tiene que ser, pero queremos acompañarlos en un proceso que para algunos es un poco complejo”.

“Hay que avanzar en participación”


  • La directora regional de Cultura, Moira Délano, destacó que durante su gestión se establecieron las bases de la institucionalidad cultural y se delinearon las metas a cumplir.
  • Para quienes estén a cargo desde el 11 de marzo queda la tarea de mantener esas instituciones funcionando y ampliar la participación ciudadana, entre varias más.



Por Claudia Farías.

“Hay que avanzar A días de que el nuevo gobierno de Michelle Bachelet asuma el mando muchos organismos públicos están preocupados de dejar todo organizado para que la transición, si la hay, sea lo más suave posible en el momento en que los nuevos encargados tomen sus puestos.
Lo mismo ocurre en el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes Región del Biobío, también conocido como Seremi de Cultura, donde la directora regional Moira Délano hizo un análisis de los desafíos que tendrá que enfrentar ella o quien designe la nueva ministra Paulina Urrutia en este gobierno que estará marcado -especialmente en lo cultural- por el bicentenario.
Pero primero lo primero.
-¿Qué es lo que se ha logrado hasta ahora? -Cuando se crea la institucionalidad cultural hace 22 meses se hace con fines muy concretos de promover el desarrollo cultural en la nación. Hasta la fecha se avanzó en temas fundamentales como la creación del directorio y el comité consultivo nacional que son el gran órgano director del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes y sus réplicas en las regiones. Por otro lado está la creación de los consejos sectoriales para el andamiaje estructural de esta institución. Se fortaleció el Consejo del Libro que existía desde el 97 y se logró la creación del Consejo de la Música y el del Arte y la Industria Audiovisual y el Cine. Con eso tenemos ya una estructura importante que da cuenta de los distintos ámbitos de interés de esta institucionalidad. Ello permitió crear un instrumento fundamental que fue una política pública cultural: “Chile quiere más cultura”, que también se hizo a nivel regional y tiene un horizonte al bicentenario.
En el ámbito de la gestión está también la modernización de los fondos concursables, la especialización de ellos, las nuevas líneas, la duplicación de los recursos públicos. Estos tres elementos construyeron la fase de instalación de esta nueva institucionalidad cultural.
Otro elemento importante fue la difusión masiva de las artes a través del proyecto Sismo y los días de las artes que han permitido mucha participación del mundo artístico cultural.
-¿Qué cosas quedan pendientes, cuáles son los desafíos de ahora al bicentena- rio? -Queda la gran tarea de implementar la política pública. Nosotros teníamos el gran desafío de construir estos documentos pero ahora viene el tema de cómo lo operacionalizamos. La presidenta Bachelet en su campaña planteó determinados ámbitos relevantes como hacer de Chile un país de lectores, generar mayor democratización en el acceso a los bienes culturales, promover la infraestructura cultural de manera potente.
Yo creo que se debe seguir profundizando la democratización institucional. Por ejemplo ahora hay renovación de todos los directorios de los comités consultivos nacional y regionales. Hay que hacer que esta organización, la estructura que este consejo tiene, vaya madurando hacia ser más participativo, más democrático de verdad. Esto habla de cambios culturales que son muy relevantes.

Qué le falta al Biobío

-En la región ¿hay proyectos puntua- les que deben abordarse? -Un tema son los fortalecimientos institucionales con los municipios, las universidades, todos los agentes culturales.
Tenemos que analizar con las asociaciones de municipalidades el tener planes de desarrollo mayores donde el tema cultural se incorpore así como están la educación o el desarrollo productivo.
Que se piense en temas globales, a largo plazo y no postular nomás proyectos aislados a nuestros fondos.
También está la difusión masiva, la participación de las personas, la incorporación de nuevos elementos que tal vez no han estado en sintonía con los grupos.
Por otro lado está la dotación de equipamiento e infraestructuras apropiadas para poder avanzar en este tema, donde tenemos un déficit importante.
-¿Queda pendiente un gran teatro para la región? -Yo diría que sí. Creo que esta región tiene todas las condiciones para tener un equipamiento de esas características.
Tenemos una producción de bienes culturales destacada, importante en volumen también y muy diversa. Hay un crecimiento en consumo de la población que es relevante así es que amerita esta infraestructura.


Thursday, July 13, 2006

La vida literaria de Eduardo Meissner


  • Dejó por completo la docencia y puso una firme pausa a su pintura ya que está perdiendo la vista progresivamente.
  • Entonces el artista se ha dedicado a escribir, un interés que siempre tuvo pero que sólo ahora se ha convertido en su prioridad.


La afición de llevar consigo una libreta para tomar apuntes de sus viajes o de cualquier cosa que le resultara atractiva se transformó desde hace un tiempo en la base de la actividad principal de Eduardo Meissner: La literatura.
Hasta la fecha lleva escritos varios libros sobre distintos temas y continúa trabajando en algunos más en paralelo, como un libro de cuentos basado en historias de su infancia y la de su madre, una investigación llamada “El color en arquitectura” y una colección de cien minicrónicas de viajes.
“Desde hace dos años me estoy dedicando a incrementar mi cuarta o quinta profesión. Parece que hay un afán camaleónico en abarcar distintos campos de acción”, comenta riendo Meissner y agrega que también hay un motivo de fuerza mayor ya que “una afección ocular me está debilitando la visión progresivamente y parece que la ciencia todavía no tiene la terapia para atajar este proceso. Es un problema genético que no tiene relación con la diabetes. Entonces a mí se me va difundiendo la visión, de modo que he debido abandonar el ejercicio de la pintura y la docencia”, explicó.
Un dictador doméstico Eduardo Meissner contó que desde a lo menos 30 años “una de mis actividades predilectas y nunca realizada con intensidad ha sido la narrativa y el ensayo. Ahora tengo el tiempo y estoy dedicado a ello”.
“Tengo un secretario que trabaja conmigo -agregó- y recibe dictado.
Me he convertido en un dictador doméstico. Rosmarie (su esposa) dice que eso no es ninguna novedad para ella, porque siempre lo he sido”, comenta de buen humor.
La fuente principal de sus escritos en esta época es el viaje que hizo a Alemania en 2003, donde se integró a la vida cultural berlinesa. “Este es el ultimo viaje que yo hacía en condiciones de visión normal.
Llevaba un tema de estudio sobre el color en la arquitectura, un tema que habíamos empezado a realizar aquí con dos profesores, colegas de la Escuela de Arquitectura, Jorge Harris y Roberto Burdiles. Uno de los puntos destacados era averiguar lo que había sucedido en Berlín después de la reunificación. Luego me dispersé un tanto pero ahora estoy trabajando en esta obra, lo que podría corresponder a mi programa cultural de este momento, y espero que en marzo o abril los manuscritos estén terminados y listos para su publicación. Se va a llamar “El color en arquitectura”. Es una investigación sobre los mecanismos, los métodos y las experiencias por las cuales el diseñador fundamentalmente integra el color a su proyecto arquitectónico desde el tablero, o, ahora, desde su proposición digital”.

Volver a pintar

Acerca de la posibilidad de retomar la pintura Meissner dijo que “No puedo continuar con mi estilo parsimonioso y de detalles y de construcción fina de la forma. Tendría que someterme a un reciclaje y aprender una nueva técnica, quizás a través de un expresionismo gestual, de pinceladas repetidas, de grandes puestas en escena, grandes figuraciones, pero me cuesta todavía tomar una decisión de esa naturaleza, aunque se podría y tal vez los resultados podrían ser sorprendentes pero en este momento lo he ido desplazando y no he tomado la decisión porque tengo la parte de la narrativa muy presente”.

CasaPoli y otros textos

Sobre el proyecto cultural CasaPoli, un edificio ubicado sobre los acantilados de Coliumo que recibe artistas de paso y espera funcionar como centro cultural, Meissner señaló que los arquitectos diseñadores, Mauricio Pezo y Sofía von Elrichshausen han obtenido reconocimientos internacionales, han aparecido en publicaciones arquitectónicas de renombre de varios países, lo que ha llevado el nombre de CasaPoli a diversas latitudes.
Además, dijo “tenemos un libro muy atractivo realizado en la CasaPoli cuando estaba en construcción que sirvió de fondo para colocar muchas de mis esferas.
Es el libro de las esferas. Llevamos unos canastos con estas esferas y realizamos una puesta en escena. Se lograron una serie de vistas con un alto poder de sugerencia. De allí yo escribí un texto paralelo, son cien vistas con su texto acompañante. Ahora sólo necesito editor”.
Otro proyecto es “A la vera del Spree”, manuscrito de 250 páginas basado en sus anotaciones de viaje en Berlín. “Saqué un material realmente representativo de aspectos relacionados con el arte, la cultura, la arquitectura, el diseño actual y la presencia de personajes importantes en el manejo de esta situación en Berlín”, destacó. “Paralelamente tengo lista, y va con ilustraciones, mi colección de minicrónicas. Hace un par de años me publicaron una serie en El Sur. Yo quería completar unas cien y lo hice con esta estancia en Berlín y lugares cercanos como Bonn y Holanda.
Creo que podrían ser material para una publicación”.

Ministro José Weinstein "Esta región merece un teatro"



  • El secretario de Cultura insistió en que hay que buscar la forma de que el Teatro Pencopolitano sea un proyecto viable o, de no lograrse esto, de que se construya esa infraestructura en la ciudad.


Por Claudia Farías.

En un agitado día en Concepción el ministro de Cultura José Weinstein puso, el martes pasado, la primera piedra de Balmaceda 1215, entregó los premios regionales de Arte y Cultura y recibió las políticas desarrolladas en este ámbito para la región.
En un momento de respiro se dio el tiempo para hablar sobre algunos temas relevantes en la zona.
-¿Considera usted que el Teatro Pencopolitano es un proyecto realiza- ble? -Sería tapar el sol con un dedo decir que ha sido un proyecto que no ha tenido problemas para su realización.
Nosotros hemos podido ver en estos años grandes proyectos de infraestructura cultural que han podido llegar a puerto. Es el caso reciente de la Biblioteca de Santiago, el del Consejo de la Cultura en Valparaíso, el caso de muchos teatros municipales, en la Sexta Región como el de Pencahue. Con el Pencopolitano eso no ha ocurrido así, por lo tanto creo que hay que revisar efectivamente cuál es la manera de hacer viable que Concepción cuente con un teatro como el que se merece. Ojalá sea esa opción, el Pencopolitano, y se logre encontrar una salida para que sea viable, en el caso que no, que se busque otra.
-¿El problema está en el costo? -Ha habido problemas en ese sentido, en el sentido de encontrar maneras de hacer viable ese proyecto y en caso que no lo sea, otro proyecto. Hace dos meses inauguramos el teatro regional del Maule, que se esperó durante años, que se trabajó mancomunadamente entre el gobierno regional, el municipio, el gobierno central, hubo un gran apoyo de la comunidad, finalmente se llegó a un diseño viable, ese diseño se financió y por cinco a seis millones de dólares se tuvo finalmente un teatro regional de primer nivel. Ahora uno va a Talca y ya está lleno de actividades, se hacen cosas que antes no se podía. Con decir que Serrat cuando vino a Chile estuvo en Talca.
Eso prueba que se está construyendo muchísima infraestructura cultural en Chile y que en cada región hay que encontrar la manera de hacer viables estos objetivos. Y aquí claramente todavía no se encuentra. Eso es lo que yo sinceramente aprecio. El problema es de costo o el problema es de diseño o el problema es de la gestión, pero algo hay que no se ha logrado encontrar la fórmula adecuada para este propósito que sigue estando plenamente vigente: que hacia el Bicentenario esta ciudad y esta región tenga un teatro regional, no sólo municipal, como el que se merece.

Lota patrimonio

-Lota como Patrimonio de la Humanidad ¿Podría llegar a puerto en tres años como se ha planteado? -Yo creo que es perfectamente viable que eso ocurra. En Chile hemos hecho algo que no se aprecia debidamente y es que en pocos años el patrimonio se ha constituido en un tema importante para la conciencia y el debate público. Antes no lo era. En los últimos diez años hemos logrado que se instauren cuatro sitios de Chile como patrimonio de la humanidad.
El 95 Isla de Pascua, en 2000 las iglesias de Chiloé, en 2003 Valparaíso, en 2005 las salitreras del norte. En esta década Chile, primero, ha tenido el interés y, segundo, ha aprendido que sus sitios pueden convertirse en patrimonio de la humanidad. Por lo tanto yo no veo obstáculo en que nuestros sitios más valiosos entre los cuales se cuenta sin duda Lota puedan hacer este camino.
A mí me entusiasmó mucho ir a Lota hace unos meses y encontrarme con una comunidad que estaba esperanzada en ser patrimonio de la humanidad. Eso me pareció un muy buen signo en el sentido de que lo que yo vi allí fue una valorización positiva, orgullosa de parte de los habitantes de lo que es su cultura y un deseo de preservarla.

"Ministro no conoce el proyecto"

El presidente de la Corporación Teatro Pencopolitano, Juan Eduardo King, señaló que mal puede hablar el ministro Weinstein del proyecto del Pencopolitano ya que no ha aceptado conocerlo.
"Al señor Weinstein, cuando asumió el cargo que le asignó el Presidente de la República, le pedimos audiencia a través de la intendencia de Concepción para darle a conocer exactamente de qué estábamos hablando, cuál era el proyecto, y no nos recibió nunca. De tal manera que es una autoridad que no ha escuchado a la gente. Nunca nos ha recibido. Está hablando de lo que no sabe", señaló molesto el abogado, agregando que la solicitud de entrevista se ha repetido por varios medios sin lograr resultado hasta la fecha.

Gabriela Mistral, la memoria y la injusticia


  • Esta semana se cumplen seis décadas desde que Lucila Godoy Alcayaga obtuvo el primer premio Nobel de América Latina.A pesar de ello, entre quienes han estudiado a la poetisa persiste la sensación de que ha sido incomprendida en su propio país.

El 15 de noviembre de 1945 le fue anunciado a Gabriela Mistral que había ganado el Premio Nobel de Literatura.
Un Nobel importantísimo pues fue con el que se retomó la entrega de estos galardones después de la interrupción que impuso la Segunda Guerra Mundial. Ese mismo año se le otorgó a Alexander Flemming en Medicina, y el de la poetisa fue el primero entregado a América Latina.
Gabriela Mistral viajó a Estocolmo y el 10 de diciembre recibió el galardón en nombre de Chile y de Latinoamérica.
“Hoy Suecia se vuelve hacia la lejana América ibera para honrarla en uno de los muchos trabajos de su cultura. El espíritu universalista de Alfredo Nobel estaría contento de incluir en el radio de su obra protectora de la vida cultural al hemisferio sur del continente Americano tan poco y tan mal conocido.... Por una venturanza que me sobrepasa, soy en este momento la voz directa de los poetas de mi raza y la indirecta de las muy nobles lenguas española y portuguesa. Ambas se alegran de haber sido invitadas al convivio de la vida nórdica, toda ella asistida por su folclore y su poesía milenarias”, dijo en parte de su discurso ante la Academia.
Sin embargo ese amor fue raramente correspondido por su tierra natal que sólo le otorgó el Premio Nacional de Literatura en 1951 y hasta la fecha mucha de su obra se ha mantenido, aunque no desconocida, sí soterrada.

El pago de Chile

Sergio Hernández, poeta y profesor de la Universidad del Bío Bío campus Chillán, quien ha escrito ensayos sobre Gabriela Mistral y recientemente fue galardonado con el Premio Regional de la Cultura y las Artes mención Literatura, destaca que este desaire de nuestro país a su poetisa viene desde siempre.
“Ella fue siempre menoscabada en Chile, el país que la lanzó fue México cuando el ministro de Educación José Vasconcellos la invitó a ese país y ella actuó en la reforma educacional mexicana. Luego en 1922 en Estados Unidos se interesaron por publicar su primer libro, “Desolación”. Fue el pago de Chile. Es una costumbre en el país valorar a sus artistas sólo cuando los reconocen afuera”, comenta Hernández.
Para el poeta el que este año se recuerde y se celebre el 60 aniversario del Nobel a Gabriela Mistral sigue siendo una buena noticia. “Siempre es oportuno recordarla, revalorarla, difundirla porque hay una especie de injusticia contra ella.
Chile no la reconoció como la mujer anticipada que fue, con una maternidad de pueblo, americanista”, sostiene.

La despedida

La obra de Gabriela Mistral está contenida en los libros “Desolación”, publicado en Nueva York en 1922 y donde aparecen los Sonetos de la muerte, con que ganó en 1914 los Juegos Florales de Santiago. En 1924 en México se publicó “Lectura para mujeres”, textos educativos. “Ternura” apareció en España en 1924 y “Tala” fue publicada en Buenos Aires en 1938.
Le siguió “Lagar”, en Santiago en 1954. Tras estos tres volúmenes de poesía en 1957, año de su muerte, se publicó en Santiago un compendio de textos llamado “Recados contando a Chile”.
En forma póstuma salió a la luz en 1967 su “Poema de Chile”, publicado en España.
Este último libro, cuyos poemas Gabriela Mistral fue escribiendo durante sus últimos 20 años de vida, los que pasó en el extranjero, concluye con una despedida “Ya me voy porque me llama / un silbo que es de mi Dueño / (...)Yo bajé para salvar / a mi niño atacameño / y por andarme la Gea / que me crió contra el pecho / (...) Sentí el aire, palpé el agua / y la Tierra. / Y ya regreso”.


Adiós a Fernando Alegría Brillante, humilde y bien chileno



  • Una prolífica obra y una humildad poco común entre los escritores distinguían a este autor chileno que pasó la mayor parte de su vida en Estados Unidos donde ayer fue enterrado.


Por Claudia Farías.

Ayer fueron sepultados los restos de Fernando Alegría, en Palo Alto, California, Estados Unidos. Así, a miles de kilómetros de su natal Santiago el autor de “Caballo de copas” y “Lautaro, joven libertador de Arauco”, se despidió de la novela, la crítica y el ensayo que lo hicieron famoso y reconocido en todo el continente americano.
Se despide también de una larga enfermedad renal y de un país -Chile- que, según muchos, aunque supo apreciar su talento, se quedó corto en los reconocimientos al nunca entregarle el Premio Nacional de Literatura.
Fernando Alegría nació en 1918, se tituló de Profesor de Castellano y Filosofía en la Universidad de Chile, organizó durante los años sesenta encuentros de escritores en la Universidad de Concepción junto a Gonzalo Rojas, a los que asistieron los más connotados hombres de letras de aquella época.
Durante el gobierno de Salvador Allende fue agregado cultural en la embajada de Chile en Washington, también fue cónsul vitalicio de Chile en San Francisco y se destacó por sus continuas denuncias a las violaciones de los derechos humanos durante la dictadura. Fundó la revista Literatura Chilena: Creación y Crítica (1974).
Doctor en Literatura en la Universidad de Columbia, fue director del departamento de Español y Portugués de la Universidad de Stanford, ejerció la docencia en las universidades de Columbia, Berkeley y Stanford de Estados Unidos.
Asimismo perteneció a la Academia Norteamericana de la Lengua.
Entre sus galardones están el Premio Farrah y Rinehart de Nueva York, el Premio Latinoamericano de Literatura (1943) por su novela “Lautaro: Joven libertador de Arauco” y el Premio Municipal de Santiago y Atenea de la Universidad de Concepción. Vivió en Estados Unidos desde la década del 40.


Fidel Sepúlveda"Tenemos una identidad que no funciona"



  • El filósofo habló sobre "Identidad y desarrollo cultural, vinculaciones con lo global" en el encuentro sobre el Bicentenario realizado esta semana en SurActivo.


Por Claudia Farías

Fidel Sepúlveda, doctor en Filosofía, asegura que identidad, diversidad y globalización son temas que no han sido tocados en profundidad en nuestra sociedad.
"Yo creo que aquí en Chile hay muy poca claridad respecto a los temas de la identidad, la diversidad y la globalización, a nivel conceptual y mucho menos a nivel político. El tema de la identidad no ha sido abordado como corresponde en ningún nivel, político, económico, ni en la educación. Ha faltado plantearse realmente qué es ser chileno, que notas nos caracterizan", destaca.

Temores versus deseos

Para empezar a definirla, Sepúlveda recuerda a un pensador francés que dice que las culturas se conocen según sus temores y según sus deseos. "El chileno está lleno de ciertos temores como el temor al qué dirán, el terror a decir la palabra que vaya a caerle mal a alguien, esta condición de crianza en lo represivo, lo inhibido, el miedo a la palabra verdadera, al gesto verdadero, a la decisión consultada con mi ser interno profundo y no con las conveniencias. Son características de una identidad menoscabada por el temor, pero experiencia humana individual y colectiva del pueblo chileno. Es algo que está a través de toda la historia chilena".
Respecto a los deseos señaló que "la salud del individuo y de las comunidades depende de sus sueños. Cuando tu estás sano no puedes no soñar. Lo puedes llamar sueños, proyectos, utopías. Pero es imposible que si hay un organismo sano dentro de la especie humana no tenga un proyecto, porque uno es lo que es, pero en gran parte lo que desea ser. Esto cómo ocurre en el chileno, ocurre responsablemente, con compromiso, o es algo en lo cual yo no creo, que sería bueno que sucediera. Yo creo que hay mucho de esta cosa volátil".
"Entonces si tu tienes en un polo a una humanidad arrinconada por el miedo, vaciada por el miedo, la angustia, y en el otro un proyecto que no está claro porque la sociedad no te ha enseñado a escucharte a entrar en diálogo contigo, tenemos una identidad que no funciona bien, una humanidad que no funciona bien".

Arribismo y abajismo

"Otro tema que me ha preocupado mucho en términos de la identidad -señala Sepúlveda- es el "arribismo" y el "abajismo". Chile es un país de arribistas, desde la más alta aristocracia hasta el más proletario de los proletarios, todos son arribistas. Todos quieren ser otros y quieren serlo dejando de ser lo que son. Eso es arribismo y esto despuebla a Chile de chilenos, porque no somos hijos de la nada, somos hijos de nuestros padres y abuelos y de la tierra. Entonces cuando yo, por el arribismo, prescindo de mis padres, de la madre tierra, de la historia, de la memoria y la tradición, cuando ignoro lo que soy es lógico que sea nada, no valga nada. Y tenemos que ser los ingleses o los norteamericanos o los japoneses de Latinoamérica. Entonces arribismo es el vaciamiento del que se es para ser otro".
"El abajismo, el complejo de inferioridad: quién soy yo para pensar, para creerme mis sueños y mis pensamientos, es una operación de ninguneo. El tener identidad me obliga a enfrentar las cosas, el ningunearme me exime de ello. Es la política del camuflaje, borrarme en el montón, no ser. Estos dos elementos a mi juicio conspiran contra la experiencia de humanidad libre, con capacidad crítica, con ejercicio de creatividad, con sentido de pertenencia".

Qué se puede rescatar

Para el filósofo hay aún algunos rasgos positivos en la identidad chilena. "A pesar de los pesares hay el ánimo de surgir, la gente quiere ser alguien, lo que pasa es que no hay las condiciones que faciliten capitalizar, encauzar este afán de ser alguien. Hay una capacidad crítica muy grande, que muchas veces nos pasamos para la punta en términos de crítica destructiva, pero hay una capacidad crítica. La gente tiene un margen por el cual se da cuenta de cuando le están contando el cuento, y eso es positivo. Hay una capacidad creativa, en todos los estratos, y uno lo admira mucho en los estratos populares. Hay una humanidad que no está entregada a cualquier cosa sino que quiere surgir".
"Hay esta maravillosa instalación de una doble porfía que es herencia de la historia chilena. La porfía de los mapuches que siguen luchando por seguir siendo lo que sienten que tienen que ser contra una sociedad dominante que no los escucha. Y está la porfía española, a Chile llegaron los españoles más porfiados que eran los mejores soldados porque venían a la guerra a un país tan pobre que no tenía cómo mantener el ejército. Entonces la gente que venía aquí, venía con una voluntad de ir adelante, como españoles, y con una voluntad de no dejarlos pasar de acá, los mapuches".
Para finalizar Sepúlveda destacó que "hay también el orgullo, esta cosa de la dignidad, el chileno que aguanta pero cuando le pisan los callos sale el indio, se para y no se deja atropellar, se enfrenta a quien sea que lo quiera atropellar".


"La gestión cultural es una quijotada"


  • La recién nombrada directora del Centro Cultural de la Alianza Francesa reconoce que aún no sabe qué le gusta al público penquista.
  • Sin embargo, asegura que no ha perdido la fe en que se pueden lograr buenos espectáculos con apoyo masivo en la ciudad.


Por Claudia Farías.

Mónica González volvió de Argelia a Concepción cuando tenía 17 años. Vivió allá desde los 5 así es que su vida está ligada a la cultura francesa. Desde hace dos años y medios era coordinadora del Centro Cultural de la Alianza Francesa penquista y hace unos días fue confirmada en el cargo de directora, que se creó ahora que Alianza y colegio se separarán administrativamente.

"Ya, veamos"

-¿Qué visión tienes de la cultura en la ciudad?
-Yo creo que hay mucho por hacer. Todavía estamos en pañales. Al público cuesta movilizarlo, el mismo tema de siempre. En los privados todavía no hay una política sistemática de estar apoyando la cultura. Todavía no hay una cultura internalizada de que el arte es algo importante. Todavía lo ven como ocio, como lo primero que se puede descartar. Entonces no está internalizado en la gente el esfuerzo que hay detrás de una presentación de teatro o de un artista.
-¿Qué hace falta?
-Sabes, lo que falta de repente es que nos juntemos los gestores culturales, no hay una instancia de camaradería donde se pueda conversar, decir mira yo encontré aquí tal auspicio, por aquí va la cosa, te puedo ayudar en esto. No hay mucho esa política de generar instancias de conversación e intercambio. Lo he hablado en el Consejo de Cultura para generar esa instancia, porque cada uno tiene su línea cultural, la católica tendrá el jazz, yo también tengo el jazz, por eso nos unimos para hacer cosas en común. Pero todavía no hay esa instancia de invitar al otro a participar. No hay un momento en que nos podamos juntar y decir "ya qué podemos hacer, veamos políticas, directrices".
-¿Por eso tu crees que está muy en pañales el desarrollo cultural de la ciudad?
-A pesar que creo que hay mucho más de lo que había antes, hemos crecido, pero me parece que todavía falta mucho por hacer. Crear quizás una asociación de empresarios que fomenten el desarrollo de la cultura en la región. Instancias en donde los gestores se puedan juntar y puedan intercambiar ideas. Yo creo que lo mejor es poder trabajar con más personas, cada uno tiene algo que aportar, independientemente de que nuestras políticas sean distintas. A lo mejor el Teatro de la UdeC tiene más la línea de la ópera y la música clásica. Nosotros tenemos más el jazz, pero la gestión es la misma, el trabajo que hay detrás para lograr la búsqueda de auspicios es la misma. Eso podríamos trabajarlo, generar una instancia solidaria. O sea con la U. Católica yo logro trabajar bien porque hay esa instancia de tú pones esto yo pongo lo otro, Me llama un artista y no puedo darle la sala, yo le paso al otro. Sin prejuicio, una cosa más abierta, si somos pocos.


Blanco y negro


-¿Qué cosas te han sorprendido más por la respuesta de la gente?
-Lo que más me sorprendió fueron los cafés literarios que fue una sorpresa rica, gozosa, ver que los estudiantes necesitan expresarse, que la gente del mundo de las letras necesita un lugar que sea pública donde ellos puedan expresar su opinión. Se llenan estos cafés, hay intercambio, hay preguntas y se genera realmente un diálogo súper importante y se van satisfechos, con un aporte real.
-¿Y por el lado de lo malo?
-Lo más puntual en realidad fue lo de las voces femeninas. Igual coincidió el que el penquista es muy del tiempo. Si llueve o no llueve, gris o no gris. En ese sentido influye que haya una actividad y que llueva. Ya sabemos que va a llegar la mitad de la gente. No hay esa actitud de seguir funcionando, de salir igual con lluvia, hay un encierro. Cuando llueve como que todo se paraliza. De repente estamos hasta pensando parar las actividades en invierno. Más encima con los temporales, la gente no apareció. Por ejemplo, con Jeannette Pualuan que tu puedes decir no es tan conocida pero realmente la presentación de ella fue un gran espectáculo y llegaron 50 personas. Obviamente imagínate todo el esfuerzo que hay detrás de traer a la persona, al grupo, hacer la gestión, la difusión y llegan 50 personas, es decepcionante.
Me da la impresión de que el penquista le falta autoestima, le falta creerse el cuento, pasar las barreras. Está como para adentro, en una introspección que no es de las mejores.
-Es raro esto en una ciudad que en tuvo un gran florecimiento cultural. Pero ahora es algo absolutamente elitista y prescindible.
-Sí, no sé qué hace de su tiempo, a lo mejor la gente prefiere quedarse en la casa viendo tele. Tengo fe que sí, que en algún minuto se pueda ver un crecimiento en ese sentido. Voy a estar acá hasta cuando todavía tenga fe. Cuando la pierda me voy a ir. Yo creo que para ser gestor cultural en Concepción hay que ser valiente, apasionado, jugárselas todas por el proyecto. Es una quijotada.

Incertidumbre

-¿Qué atrae más al público en Concepción?
-Es un misterio el público penquista. Lo que es gratis, ni un problema. Pero la actitud de pagar por un espectáculo cuesta. Y eso que ahora todo el mundo está consciente de que hay que pagar todo pero en arte cuesta. Falta desarrollar esa parte.
Todo lo que seguimos haciendo es porque hay respuesta si no lo dejaríamos.
Las conferencias filosóficas se llenan de gente, es gratuito. El jazz no es gratuito, se llena de gente también. Pero cuando organizamos cosas más grandes siempre hay un dolor de guata frente a cosas pagadas, tu no sabes si va a venir o no gente.



Libros: El alto costo de atravesar Los Andes



  • Ejemplares argentinos vendidos en librerías chilenas son entre el doble y el triple más caros en nuestro país.
  • Altos costos de importación y más intermediarios serían algunas de las causas de esta diferencia.


Por Claudia Farías V.

Cuando se consulta en Chile por qué la gente no lee, una de las explicaciones más recurridas es que los libros nuevos son demasiado caros. Muchos acusan al IVA, otros dicen que los libros baratos o en oferta no son los más interesantes de leer pero, en definitiva, el tema precio está presente en la mayoría de las excusas.
Por el lado de la producción nacional, los libros impresos en Chile, la verdad es que no hay mucho que reclamar ya que se pueden encontrar títulos nuevos desde cinco o seis mil pesos hacia arriba y sin mayor variación entre una librería y otra.
Donde sí se puede hacer una comparación que resulta dolorosa para el bolsillo es en los libros traídos desde Argentina, donde la actividad editorial es más fuerte y hay más material para elegir. Allí se encuentran ejemplares impresos en ese país que en Chile cuestan entre dos y tres veces más caros.
Para muestra, tres botones: El libro "Historia de la mafia", de Giuseppe Carlo Marino, impreso en Buenos Aires por Javier Vergara Editores, cuesta en esa ciudad 6 mil pesos chilenos. En Chile vale 15 mil. Libros de la Editorial Circe -biografías de artistas- han sido encontrados en Argentina a mil 700 pesos chilenos y acá valen 10 mil. Pero el ejemplo más notorio es el libro "2666", de Roberto Bolaño, de Editorial Anagrama e impreso en Argentina, que en una librería de Buenos Aires cuesta alrededor de 13 mil pesos chilenos y en Concepción, Chile, se vende a 32 mil. De hecho en la librería electrónica www.boutiquedellibro.com.ar fue encontrado a 68 pesos argentinos, 12.830 pesos chilenos según el cambio actual de 1 a 188, el que enviado a Concepción sube a 17 mil pesos.


Las razones

Eduardo Castillo, presidente de la Cámara Chilena del Libro, señaló respecto a la diferencia con Argentina que "cuando vendes un libro impreso allá en Buenos Aires, lo único que hizo fue el viaje desde la bodega a la librería. Para traerlo a Chile, a Concepción, por ejemplo, tiene que viajar 1.500 kilómetros y en varios trayectos, porque no llega directamente de Buenos Aires a Concepción. Entonces ahí hay un costo en flete. También está el problema de que pasas de un país a otro, con una moneda que no es fija y que puede variar entre el momento que compras y el que pagas. A eso hay que sumarle los gastos de cobertura, los bancos cobran comisión por emitir un pago de un país a otro. También, ya en Chile, hay que pagar el IVA por adelantado en la aduana. Puede haber pérdidas por robo o estropeo, lo que agrega un costo adicional y se trata de un riesgo porque se importan pocos libros cada vez".
Castillo destacó que al traer libros desde otro país se agrega un elemento que no está cuando se edita en el mismo lugar, como es el distribuidor, es decir, la cadena queda compuesta por editor-distribuidor-librero, y cada uno debe tener un margen de ganancia.

Valoración

El presidente de la Cámara Chilena del Libro, Eduardo Castillo, asegura que la falta de lectura es un problema de valoración del público hacia los libros. "Que los libros son caros suele ser una excusa para no leer. Si le preguntas, la gente piensa que los libros son interesantes. Pero si preguntas si han comprado alguno te dicen que no, que son caros, pero no han ido a las librerías o a las ferias a ver lo que hay, porque si lo hacen se encuentran con que hay libros desde mil pesos. La gente dice que no ha podido leer, pero sí ha ido al estadio, al cine, ha comprado discos. Es un problema de valoración del libro", insistió.
Castillo agregó que "hay que tomar en cuenta que en Chile el 75% de los libros son importados de España, México, otros países de Latinoamérica e, incluso, de oriente. Cuando uno importa libros, aparte de los costos propios de importación, como los fletes, etcétera, hay que añadir el riesgo cambiario que se puede escapar de las previsiones. Además hay que considerar que Chile es uno de los países con IVA más alto en el mundo. Sin embargo, cuando se trata de libros chilenos bajan considerablemente los precios", aseguró.
"Se han hecho esfuerzos muy importantes en los últimos años para sacar libros de bolsillo y ediciones más baratas en Chile", aseguró el dirigente, quien señaló que generalmente los márgenes brutos de ganancia que aplica un librero van entre el 35 y el 40 por ciento. "A eso hay que descontarle los gastos generales, la comisión al vendedor, los descuentos por pago contado, el 2,5% que se debe pagar si el cliente cancela con tarjeta de crédito o débito, etcétera", finalizó.

"Me produce espanto"

Jorge Jiménez, representante en la región de la Cámara Chilena del Libro y dueño de la librería Estudio se mostró impresionado por la gran diferencia de precios entre Argentina y Chile.
-¿Qué le parece que libros editados en Argentina y traídos a Chile sean hasta tres veces más caros acá que allá?.
-Si usted me lo dice no dudo de su palabra. Lo que dudo es que algo tiene que haber en alguna parte del camino de la importación de esos libros que me hace sospechar que no puede ser, la diferencia es horrorosa, ni siquiera el doble. Habrá algo más caro, los fletes, qué se yo, pero esa diferencia que usted me dice es horrorosa. Me produce espanto si es que es así, hace tiempo que no voy a Buenos Aires, no tengo referencia. Me produce terror pensar que los importadores tengan que aplicar márgenes tan altos.
-¿O sea que no es el librero el que se está haciendo rico con esto?
-Si fuera tan bueno el negocio habría más librerías en el país. Hay menos. Eso significa que el librero no está ganando esa diferencia.
Jimenez, quien ofrece el libro "2666" a 32 mil pesos, mostró la factura de compra al distribuidor donde el precio de venta al público es de 27 mil pesos, sumándole el IVA se llega a los 32 mil pesos.


Patricio Manns: "Yo tengo a la muerte muy presente"



  • El escritor presentó el viernes en el Salón del Libro sus obras "Cantología" y "La vida privada de Emile Dubois". Aquí habló de música, literatura y de historias, sus historias.


Patricio Manns en Concepción se siente como en casa, aunque esté quedándose en un hotel. Natural de Nacimiento, vivió muchos años en Lota (ver recuadro) y ha vuelto muchas veces. Ahora vino a presentar dos nuevos libros en el Salón que hoy cierra sus puertas.
-¿Cantología es un poco la repetición del disco?
-No, Cantología es una recopilación de todos los textos que han sido grabados como canciones, por mí o por otra gente. Hay como 200. Ahí están Mercedes Sosa, Quilapayún, Inti-Illimani, yo mismo y otra gente, no hay posturas, son poemas.
-¿Hay alguno que sea su favorito?
-Cada vez que termino uno digo éste es el mejor, pero después me arrepiento.

El ojo y su mirar

-¿Pero mirando hacia atrás?
-La cordillera ("Arriba en la cordillera") es un título que no puedo negar porque me lanzó, llegó a todo el mundo, fue grabado en Argentina, en Uruguay, Brasil, ahora lo grabaron en Francia los Quila. La gente todavía lo pide cada vez que subo a un escenario. Hay otros muy bonitos que no son tanto como La Cordillera, son otra cosa: "Valdivia en la niebla", por ejemplo, que no son canciones, son baladas muy potentes sin ritmo, o "Elegía para la muchacha roja" que son décimas estrictas. Canto muchas de esas porque las considero mejores porque a medida que uno avanza en la vida, envejece, va aprendiendo más cosas. La cordillera en tanto a las técnicas es muy inferior a otras canciones mucho más complejas como Balada de los amantes que tiene como 400 cambios, acordes, semi acordes, que no lo habría podido hacer entonces y lo puedo hacer ahora, con el paso del tiempo.
-¿Cómo llegó a "La vida privada de Emile Dubois"? El no era un Robin Hood, ¿verdad?
-No era un asesino cualquiera, pero sí tenía mucho sentido social. Antes de llegar a Chile dirigió una huelga de bananeros en Ecuador, fue expulsado de allá. A fines del siglo 19 vino a Chile en el 1904. Después de investigar mucho queda la impresión de que él tenía en mente matar a esta gente, se habló de que tenía una libreta con nombres y los iba tachando. Mató siempre extranjeros que prestaban dinero y te mandaban a la cárcel. El tipo juega un poco con la cosa social, se mete en una huelga, mata a un paco, eso está en El Mercurio. Lanzamos el libro en el cementerio de Playa Ancha donde hay una glorieta de yeso llena de flores y velas prendidas a Emile Dubois y gracias, es una animita que lleva casi cien años, lo mataron en 1907. El dijo, según El Mercurio de Valparaíso, que iba a ser recordado eternamente.

Una sombra
que pasa

-¿Va a mantener este estilo de rebuscar en la historia?
-Claro, me interesa mucho eso, pero yo le meto ficción a la historia. Ahora acabo de terminar otra que se llama "El lento silbido de los sables" que es la historia de lo que fue la pacificación de La Araucanía, mataron a un millón de indios. Es una novela atroz. Otro libro es "Diversos instantes del reino", no es Chile, es una cosa rara. Estas dos novelas que están más o menos listas, una va a salir el próximo año. Viene una continuación de la Cantología porque sigo haciendo canciones. Estoy haciendo una cantata sobre volcanes que me encargó un músico peruano que vive en París. Estoy componiendo una especie de comedia musical, por decir algo, parecido a la Pérgola de las flores, por supuesto va a tener cosas sociales, pinchazos políticos para un lado y pal otro.
-¿Conserva en sus libros la temática de la muerte?
-Yo tengo a la muerte muy presente, creo que hasta la mía, he estado pensando mucho en como va a ser mi epitafio, pero no me satisface todavía. Además hay que dejar ciertas palabras para cuando uno está en las últimas. José Miguel Carrera a punto de ser fusilado sintió que su hermano sollozaba, tenía 19 años, y le dijo: no temas, la muerte es una sombra que pasa. Decir eso cuando te vai a morir...hay que tener cojones.

Ultima jornada

"Los libreros no quieren que cerremos", señaló uno de los productores del Segundo Salón del Libro que termina hoy. El programa contempla a partir de las 18 horas una lectura poética con Isabel Gómez que recorrerá a viva voz versos de su libro "Boca pálida", que escribió acerca de los detenidos-desaparecidos.
El broche de oro del cierre será con Pedro Lemebel que llegará a las 19 horas a la carpa ubicada en Barros Arana con Castellón para presentar y comentar su nuevo libro de crónicas "Adiós mariquita linda", que contiene una faceta más íntima de sus escritos.

Periodismo, Lota y el gas

Periodismo, Lota y el gas

Manns recuerda su época de penquista cuando trabajó en diario La Patria como jefe de redacción, después de trabajar en la radio Simón Bolívar. ¿Me echaron y tomé un tren de carga a Santiago. Tenía un hermano periodista en Santiago (que murió hace poco) y me presentó gente. Así llegué a la radio Balmaceda, luego Canal 9 que ahora es el 11. He pasado por todos los medios: prensa, radio y televisión".
-Y todas las secciones también, parece ¿hizo Deportes?
-Aquí yo jugaba en Lota y veía los partidos de adentro de la cancha Todos los días lunes las páginas centrales siempre llevaba el partido de Lota con alguien y, por supuesto, lo mejor era mi equipo.
-¿Vivió harto tiempo en Lota?.
-Sí, 8 años.
-Ahora nos calzó de nuevo "En Lota la noche es brava" con la explosión de gas grisú.
-Va a seguir siendo así porque nunca van a preocuparse tanto del gas.
Yo estuve trabajando como dos años en el pique El chiflón del diablo, era capataz, dirigía las cuadrillas abajo, antes de ser periodista. Fue una experiencia muy terrible además se pagaba muy poco y había que hacer doble turno para sacar algo de dinero.
-Generalmente en cada turno salía alguien herido.
-Había accidentes de todo tipo, no oías nada abajo porque el silencio chupa la voz, no sabías cuando venían los carros, nunca tenías que estar parado en las líneas porque caen carros de las maestras y no sabías cuando venían. Hace poco bajé y había mineros viejos que todavía se acordaban de mí.

Cantores que reflexionan

-Usted que fue de la Nueva canción chilena, que daba cuenta de la realidad actual ¿Ve algo de eso en la música actual. ¿Quién está cantando la protesta ahora?
-Yo nomás...
-¿Es un cambio en la sociedad que ya no necesita que estén sus artistas a la cabeza?
-Se necesita, siempre. Hay en toda la historia cantores que reflexionan, como decía Violeta, pero aquí la canción ahora está por el estatus, chupándole las manos a la Concertación, a la derecha, para estar en televisión, la guita fácil. Yo estaría solo en eso porque no me interesa estar en tv.
-¿Mantiene esa frase: Que el que esté libre de polvo y paja lance la primera botella?
-A mí se me acusa de muchas cosas, entre ellas de que chupo. Pero no solamente chupo, hago otras cosas, no soy un profesional del trago, me acostumbré en Francia como un acto social.