Friday, March 21, 2008

Calaucán: la hora del adiós



La crisis económica que arrastra el centro desde hace tiempo puso fin a 24 años de historia en danza.


Silencio y un recogimiento especial reinan por estos días en el Centro de Danza Calaucán. El espacio que solía bullir de actividad, con prácticas, instrucciones y ensayos, ahora sólo es visitado por sus gestoras, quienes no se deciden a despedirse definitivamente del lugar que cobijó tantas emociones por más de seis años.
Pero no hay caso, la economía puede más que los sueños más elevados y tras varios años de bogar contra la corriente tratando de mantener el centro con cada vez menos recursos, tuvieron que tomar la decisión de cerrarlo y, con él, los 24 años de historia de la compañía de danza Calaucán.

Una decisión difícil
Calaucán nació al alero del taller Pucalán en 1984 con apoyo de Joan Turner y formado por Viviana Campos, Cecilia Godoy, Manuela Bunster, Paola Aste, Mariela Raglianti, Alejandra Ochoa, Ricardo Sepúlveda y varios más, quienes solían actuar en las calles, hacer talleres en poblaciones y mostrar creaciones propias, todo por “amor al arte”.
El grupo postula en 1993 a un proyecto de talleres de danza moderna para estudiantes de enseñanza media a la municipalidad penquista. Este proyecto le permitió convertirse en escuela de danza y recibir a más de 80 alumnos por año. En 1999 ya tenían 3 niveles de danza moderna y presupuesto para montaje, coreógrafo, vestuario, utilería, etcétera. Fue la época de oro. “Hacíamos formación, difusión y creación”, destaca Paola Aste, agregando que los alumnos estudiaban gratis.
El problema era el espacio, los gimnasios que arrendaban no reunían las condiciones para hacer danza. El 99 recibieron un aporte del gobierno flamenco para infraestructura. Pasaron dos años buscando un sitio adecuado y en octubre de 2001 inauguraron el centro Calaucán en Argentina con Aníbal Pinto.
Lamentablemente, recuerda Viviana Campos, ese mismo año comenzó a disminuir el aporte municipal hasta llegar al 20% de lo original. Lo restante se suplía con becas “porque no podíamos echar a los alumnos talentosos”.
Proyectos Fondart y actuaciones ayudaron a mantener el centro, pero la postulación fallida a fondos del Bicentenario que habrían permitido el funcionamiento por un par de años fue el golpe definitivo, a fines del año pasado. Así la brecha entre realidad y sueños se hizo aún mayor y ya en enero de este año se anunciaba el cierre definitivo del espacio por el que han pasado más de 800 alumnos.
Mientras la directora regional de Cultura, Lucy Neira, señala que “me parece penoso que nadie se haya preocupado de mantener esta escuela de danza del sur de Chile”, las directoras Paola Aste yViviana Campos mantienen alguna esperanza con miras a reuniones con la intendenta y la ministra de Cultura, en busca de una solución.
Cabe destacar que en Santiago se ha gestado un movimiento pro Calaucán en el ámbito de la danza de universidades y agrupaciones, además del sindicato del rubro, este movimiento, sin embargo, no ha tenido eco en Concepción.

Concurso cambiará al Pencopolitano


Gobierno regional
requiere que se llame
a concurso para
financiar el
diseño de esta obra.



“El proyectode arquitectura
que toda la gente conoce
desde hace once
años ya no va, porque Obras Públicas
se va a hacer cargo del Pencopolitano
y ellos van a llamar a
un concurso para elegir su propio
proyecto”.
Así resumió el arquitecto Francisco
Borja García-Huidobro, conocido
como Borja Huidobro, las
novedades que han surgido en el
último tiempo acerca del teatro
Pencopolitano, proyecto que va a
quedar bajo la supervisión de
Obras Públicas a través de su Dirección
de Arquitectura.
Efectivamente, el director de
Arquitectura de la seremi de
Obras Públicas, Ricardo Faúndez,
señaló que existe la ideade quelos
fondos que recientemente comprometió
el gobierno regional para
el teatro permitan llamar a un
concurso nacional o internacional
de arquitectura para elegir un
nuevo anteproyecto y, desde allí,
iniciar en buen pie la anhelada
construcción del Pencopolitano.
Faúndez aclaró que aún no les
ha llegado el mandato del gobiernoregional
para hacerse cargo del
tema, pero es sabido que cuando
se aportan fondos fiscales para
obrasde arquitectura esta entidad
debe actuarcomocontraparte. Por
lo mismo están obligados por su
reglamentación a elegir un proyecto
a través de licitación o concurso,
lo que deja afuera la maqueta
que todos conocemos del
teatro Pencopolitano.
“Es un paso atrás, pero permitirá avanzar mucho más que lo logrado
hasta ahora”, aseguró el director de
Arquitectura. Se supone que al haber
dineros del gobierno involucrados
la obra tiene mayores posibilidadesdeobtenerlos
fondosque
necesita para concretarse.
Por su parte el gobernador de Concepción, Eric Aedo, recordó
que “una de las cosas que nos solicitó
la exintendenta el añopasado
juntoalgobiernoregionalyel consejo
regional fue incorporar al
FNDR 300 millones de pesos para
el diseño de arquitectura e ingeniería
delTeatroPencopolitanocomo
una señal concreta del interés en el tema. Eso está en el presupuesto2008ylaunidadtécnica
para
este trabajo será la Dirección de
Arquitectura”.
“El paso siguiente -continuó- es
transferir esos fondos a Arquitecturaparaquellamenaconcursointernacional
o licitación. No tenemos
un plazo claro pero la idea es
quedentrodeesteañosehaganlos
llamados”.
Acerca deldiseño existente el gobernador
dijo que “valoramos tremendamente
el trabajo de Borja
Huidobro porque esa imagen ha
mantenido esta discusión sobre el
Pencopolitano abierta todos estos
años. Pero habiendo recursos públicos
involucrados se tiene que
hacer un llamado a concurso o licitación”.
Acerca de si luego habrá fondos
gubernamentales para la construcción
de la obra señaló que “no
es algo en lo que me puedo comprometer
pero imagino que si se
quiere entregar a la ciudad un diseño,
está la intención de apoyar y
que se haga realidad”.
LA IDEA DE HUIDOBRO
Elconocidoarquitecto estuvode
visita en Concepción invitado por
la Municipalidad de Chiguayante
“Reflexiones sobre la imagen
futura de la ciudad de Chiguayante”
es el nombre del encuentro
en el que participó ayer el
afamado arquitecto Borja Huidobro,
al que también asistieron
los decanos de las facultades
de Arquitectura de las Universidades
del Bío Bío, Concepción
y del Desarrollo Iván Cartes,
Ricardo Utz y Víctor Lobos,
además del alcalde Solís, entre
otros.
Huidobro señaló en la oportunidad
que es necesario que Chiguayante
se abra hacia al río y
el cerro, privilegiando lo transversal
más que su actual división
longitudinal.
Destacó, asimismo, que la comuna
debe estar atenta a guiar
su crecimiento en altura, un fenómeno
que, asegura, va a ocurrir
en el futuro.
CHIGUAYANTE
para participar en el encuentro
“Reflexiones sobre laimagenfutura
de la ciudad de Chiguayante”
(ver recuadro),yenlaoportunidad
se refirió al Pencopolitano.
“Del concurso va a salir un nuevo
proyecto de arquitectura, lo
mío llega hasta ahí nomás”.
Sobre la posibilidad de que su
idea postule a este concurso Huidobro
señaló que “no, toda la gente
sabría que es el mío y no le voy
a estar haciendo cambios como
achicarlo por aquí, acomodarlo
por allá, no lo haría”.
Acerca de las críticas que se han
hechoa su diseño por sermuycostoso,
el arquitecto respondió que
“en Santiago gastaron la misma
cantidad en reconstruir este edificio
que se quemó, el Diego Porta-
Figuras y ceniceros como los de las imágenes son parte de las fotografías
que el profesor de la U. del Bío-Bío expone en la ciudad de Lota.
EXPOSICIÓN DE HÉCTOR URIBE
“Cerámica de Lota” se
exhibe en Pabellón 83
Una importante y valiosa muestra
fotográfica de lo que representa
y representó la cerámica de Lota
para elpueblo minero, es la que
está exhibiendo por estos días en
esa comuna, el profesor e investigadorHéctor
Uribe Ulloa.
La exposición, que se exhibe en
el CentroCultural Pabellón 83del
municipio lotinoyquecuenta con
el apoyo de la Corporación Cultural
Artistas del Acero, reúne una
importante colección de piezas,
lugares y ceramistas, que formaron
parte de este legado cultural.
Y como sumismo autor lo dice,
“la producción artística en Lota
aportó significativamente al desarrollo
de diversos estilos artísticos
nacionales, conunfuerte impacto
en la diversidad y variedad de piezas
existentes”.
Así también es posible destacar
quecada figura forma parte delpatrimonio
colectivo de la gente del
carbón, destacando la valoración
afectiva y significativa para quienes
forman parte de la culturaminera
de la región.
La fábrica de Cerámica de Lota,
que produjo ladrillos, baldosas,
mosaicos y piezas de cerámica de
carácter artístico o utilitario, tuvo
su mayor período de auge desde
1940a 1951.Ensus talleres se crearon
verdaderas obrasde artecomo:
figuras infantiles y religiosas, jarrones,
floreros, ceniceros, platos
decorativos, juegos de té e iconografía
criolla, entre otras.
Ésta imperdible muestra estará
abierta hasta el mes de abril.
les, pero acánolopuedenhacer.Es
porque no se hace en Santiago solamente,
esa es mi opinión”, concluyó.
LA CORPORACIÓN
Juan Eduardo King, presidente
de la Corporación Teatro Pencopolitano
manifestó susatisfacción
ante el avance que sehadado en el
tema a raíz de este aporte del gobierno
regional.
“Estamos muy contentos, creemos
que por fin este sueño de casi15años
se va a concretar.Lo único
que nos entristece es que no se
pueda mantener el proyecto de
Borja, que se ha transformado en
un emblema para la ciudad. Esperamos
que él quiera postularlo al
concurso”.

Andrés Zarhi, los secretos tras la noticia


El periodista formado
en nuestra zona
cuenta sus vivencias
de más de tres
décadas en la TV.


“Off the record” (algo así
como “sin grabadora”)
es la frase que se usa en
periodismo para recibir confidencias
con el compromiso de no revelarlas
o, a lomenos, de no revelar
su fuente.
Este es el título que eligió el periodista
Andrés Zarhi para su primer
libro, en el que reúne anécdotas
de sus 22 años de ejercicio profesional,
la mayor parte en Canal
13. Sobre este volumen y su relación
con Concepción conversó
con Diario EL SUR.
¿Cómo surgió la idea o la necesidad
de escribir “Off the record”?
En realidad nunca tuve la necesidad
ni la inquietuddeescribirun
libro. Sin embargo el empresario
penquista y dirigente deportivo
Gregorio Yánquez me invitó a su
casa enPingueralytras contarlealgunasvivencias
insistióenquedebía
escribirlas. Durante un año fui
reuniendo hechos vividos en más
de treinta años de profesión.
-Cuénteme cómo es el libro.
El libro parte a comienzosde los
setenta durante el gobierno de
Allende. Yo era estudiante de periodismo
en la UdeC, pero al mismotiempo
trabajabaenla sección
deportes del diario Crónica.
Tiene 200 páginas con algunas
fotos que refuerzan los testimonios.
Enlaparte finalhablo delmatrimonio
delchino Ríos y de la celebración
de los 60 años de Don
Francisco, con quien me une una
amistad de muchos años.
-¿Que otros personajes aparecen?
Esunlibro para todos los gustos
políticos ya que están Pinochet,
Alywin, Frei y Lagos, con quienes
mantuve muy buenas relaciones
humanas y profesionales. También
hablo de las giras de la Teletón,
de Pelé o de Eliseo Salazar ya que cubrí varias veces sus carreras
en Estados Unidos. También de
Carlos Caszelly y de mi amigo y
gran periodista Hernán Olguín,
quien falleció muy joven a los 37
años.Lorecuerdoconmuchoafecto
ya que estaba separado cuando
tenía cáncer y compartió sus últimos
días junto a mi familia. También
hablo de lugares históricos y
maravillosos que conocí durante
las giras presidenciales, como ver
el Kremlin en su interior junto a
BorisYeltsin, laMuralla China,Malasia,
en fin, torneosmundiales de
fútbol, de box, etc.
¿Cuál es su anécdota más querida?
No sé si la más querida, pero la
que más recuerdo es que haciendo
un despacho desde elHospitalMilitar
para informar de la salud del
ex presidente Jorge Alessandri, al
despedir el contacto dije que mañana
se entregaríaunnuevoinforme
sobre el estado de salud del ex
Presidente, Eduardo Frei. Los DC
me agradecieron por resucitarlo,
pero los de la derecha, especialmente
las mujeres,mequerían pegar.
Hay muchas anécdotas muy
simpáticas. Dejémoslas de sorpresa
para los lectores.
CONCEPCIÓN, SIEMPRE
¿Qué recuerdos tiene de su época
en Concepción?
La época que viví como estudiante
fue la más linda demi vida.
Conocí a la que hoy esmimujer y
que en el año 72 cuando pololeábamos
fue Reina de la Ferbio. Hice
de muchos amigos, desgraciadamente
cuando fui este verano supe
de varios que habían fallecido.
Recuerdo los tiempos cuando Julián
Urrizola y Mario Osbén eran
figuras en Deportes Concepción.
Cada vez que voy nos juntamos.
Además Julián y yo somos compadresdeMario,
yaqueapadrinamos
a dos de sus hijos. Recuerdo las comidas
en el restaurante Copihue.
El Gons, el Bakará, en fin, muchos
lugares que hoy ya no existen.
-Ahora que está dedicado a otras
labores ¿extraña las noticias?
Enrealidad,pormomentospienso
que erahora de descansar de las
noticias. Fueron 22 años de un trabajo
esclavizante y duro. Eran 12 a
14 horas diarias dondemuchasveces
no podías almorzar.
Desde que salí sólotomocuatro
Migranol al año, antesmetomaba
tres al día. Te cambia la vida. Ahora
estoy más relajado, comparto
con mi familia los sábados y domingos.
Me gustaría volver a laTV
pero para hacer un programa de
conversación una vez a la semana.
Pero de lo contrario, no importa, estoy
muy contento por todo lo que
ya me dio esta profesión.

Sunday, March 09, 2008

Tito Matamala: Adiós a las resacas, no a las botellas

Este texto fue publicado en 2006


* Luego de “El manual del buen bebedor” y “El nuevo manual del buen bebedor” el escritor continúa la serie con “El diccionario del buen bebedor”. La obra, que reúne cerca de 400 términos relativos a la actividad etílica, será presentada hoy en el mall Parque Arauco por Tito Fernández.


Como siempre, Tito Matamala se viste de oscuro, camina apurado y como tratando de pasar desapercibido y mantiene una rutina estricta: desde las universidades donde dicta clases a su departamento, del departamento a algún café en el centro y, de vuelta. Tal vez alguna visita a un amigo rompa la ermitañez, muy de vez en cuando.
Entremedio viene lo bueno. Entre medio Matamala, para bien o para mal, crea. Ya sea alguna aventura épica en la que el alter ego de uno de sus entrañables amigos es el héroe-antihéroe, ya sea un texto erótico en el que él podría ser el protagonista, o ya sea, como ahora, regresando a uno de sus temas favoritos, la bebida.
Hoy domingo el escritor curicano presentará junto al “Temucano”, Tito Fernández su libro “El diccionario del buen bebedor”, editorial Planeta, a las 12.30 horas en el escenario del Boulevard del mall Parque Arauco de Santiago.
Sin embargo este libro tiene una peculiaridad. Su autor ha dejado la bebida que lo acompañó en mayor o menor grado durante varios años. Para decirlo como sugiere su diccionario: Matamala se “chantó”.
-Cómo se explica que alguien que se ha convertido en abstemio recientemente esté haciendo una especie de apología del trago. ¿Abstemio pero no renegado?
-Justamente, abstemio pero no renegado y además es un interés antiguo mío todo lo relacionado con el copete. Ya está en un libro, “El Manual del Buen bebedor” y voy a seguir con eso. Pretendo seguir buscando anécdotas. Lo otro es que me he hecho la fama. Quién me va a creer ahora que ya soy un caballero con las copas cuando tengo tanto y tanto libro con copete. Tengo que seguir nomás.
-Es como mantener una identidad...
-Claro, no me queda otra. Fue mucho tiempo de alegoría. Además el copete es democrático, a todo el mundo le interesa, desde los cuicos pirulos que toman etiqueta azul hasta los que toman “bigoteado”. Hay una suerte de hermandad o cofradía entre ellos, hay un lenguaje que ellos conocen y que incluso se siente cierto grado de confianza al saber por ejemplo que si yo te digo a ti “vamos a tomar una pituca” tu me entiendas enseguida. Hay una complicidad, también, al conocer las palabras.
-¿Ahora lo está viendo con un interés de historiador? ¿Es una cosa más formal o es chanza siempre?
-Es historiador bueno para el hueveo. Este es un libro que pretende ser divertido, liviano, para que todo el mundo se ría. Yo le voy a tener mucho cariño porque va a salir encachado y todo eso, pero no es mi libro primordial, para nada. Esos son los otros, los de literatura que cuesta tanto que las editoriales publiquen.
-¿Como cuales?
-Como el que viene. Después de este viene “Pubis” que va a salir en marzo-abril del próximo año. Ese libro es clave para mi. Y los otros que estoy escribiendo.

El nuevo Matamala

-Volviendo a este libro, ¿no esconde una intención de volver a las pistas?
-No, ya me parece que no, ya soy un nuevo Matamala. Además el libro es un recurso literario. Todo lo que está ahí es en el fondo literatura disfrazada. Y por eso es que me entusiasmó tanto escribirlo y rápido. Porque era una forma de ejercitarse. Había que buscar palabras y definirlas incluso con ese tono culterano que tiene la RAE (Real Academia de la Lengua Española). “Dícese de aquel” o “en circunstancias que”, de modo que parezca que es en serio cuando no puede ser en serio.
-¿Cuáles son los términos más raros que encontró?
-Los términos nuevos de los estudiantes de universidad, gente en promedio de 20 años y que ya se me escapan, completamente. Ellos siguen inventando cosas. Y esos los conseguí cuando partí el libro y le dije a los estudiantes que estaba en esto. Ellos empezaron a colaborar y están bien buenos. Cuestiones tan sencillas como qué es un “fanfarrón”: fanta con ron, o un “pisagua”, pisco con agua. Eso me llama la atención, los términos que se van inventado una y otra vez, cada generación tiene los suyos. En el libro están mezclados con los antiguos, los clásicos clásicos que yo espero que no se pierdan nunca: “clandestino”, “cantina”. Los del tiempo del profesor Barría, “el pato amarillo”, “tonto amarillo”, “la pituca”, “la caña”, “andar cañifla”, “andar con la mona” y “el cacho”, “el fuerte”, que son campesinos.
-¿Cómo surgió este libro?
-Yo siempre tuve la idea. Sin exagerar, estaba un día lunes frente al computador y se me ocurrió que en el manual del buen bebedor existía un glosario cortito, de poquitas páginas, y le escribo al editor de Planeta, le digo que este glosario de palabras podría transformarse en un libro. ¿Te interesa? Y sin exagerar en dos minutos estaba la respuesta: “Me interesa. ¿Para cuándo lo puedes tener?”. Y ahí mismo puse una fecha, puedo entregarlo en 30 días, dije. Y lo entregué en 30 días. Estuve sin parar todo el día escribiendo. Y así es que por eso es un libro rapidísimo.

Matamala
diez años después

-¿Cómo es esto de escribir sobrio? Porque es una experiencia nueva para Ud.
-En el camino, entre todas las cosas que me pasaron yo creo que maduré. Descubrí que efectivamente es posible mantenerse sobrio y no echarlo de menos y que te salga igual o incluso mejor un texto. Pero antes no lo habría creído posible.
-Claro, rompió con un mito propio…
-Exacto, rompí con mi propio mito. Y los otros libros, las dos novelas por ejemplo fueron con harto copete. Eso es tiempo pasado. Este ha sido un año extraordinariamente bueno. Justamente hace diez años estábamos en lo mismo. El 95 estábamos entrando en Crónica y el 21 de septiembre me entero de que obtuve el premio de El Mercurio que me abrió todas las puertas. Cada diez años... O sea, Matamala diez años después. Por eso este año es muy bueno porque además es muy auspicioso. O sea viene harto en adelante, este libro que ya está listo, luego viene “Los viajes de Claudio Solo”, que no he terminado aún y un montón de proyectos.
-¿Y cómo les va a sus libros ya publicados?
-Del “Manual del Buen Bebedor” sigo recibiendo repercusiones. No me vas a creer pero en una revista de literatura de Uruguay encontré una critica del Nuevo Manual del Buen Bebedor. Y les escribí para darles las gracias y preguntarles cómo llegó, si es un libro que no tiene distribución internacional. Una librería de allá lo llevó. Ese es el libro por el que soy conocido. Recuerda que el manual está mencionado en mi novelita uno.
-Está el manual del buen bebedor, el nuevo manual, ahora el de las botellas. ¿Eso es lo que considera literatura menos seria?
-Literatura menos seria y disfrazada. Y es la que más pega…
-¿Lamentablemente?
-No lamentablemente. Me parece bien. Los beneficios que he conseguido con escribir esos dos libros son inmensos y además llevan una cosita de literatura intercalada. Pero es el estado actual de la narrativa, no hay nada más que hacer. Hay que esperar que cambie el país. Nos vemos en otros diez años. Ahí voy a estar escribiendo el nuevo ultra manual. (risas)
-Ahora está pasando del tema de los bebedores al tema del erotismo con “Pubis”. ¿Ha sido complicado eso?
-No, para nada porque eran cuestiones antiguas, que estaban a medio construir y las terminé nomás. En eso estoy ahora, terminando. Y como siempre, cuando tengo un libro terminado lo que más quiero es verlo publicado para olvidarme y dedicarme a otro. Con “Pubis” voy a tener que aguantar hasta el otro año.
-¿Quiere seguir la línea erótica ahora?
-Si recuerdas, en todos mis libros hay un poco, lo que he hecho con Pubis es exacerbarlo, gira en torno a eso.
-A eso me refiero, por ejemplo en “Hoy recuerdo la tarde...” es una historia de amor.
-Yo voy a escribir lo que venga para adelante, sin una temática. Ahora estoy metido en lo de Claudio Solo y voy a estar harto tiempo más ahí porque es largo. Y ahí veré después.

Vocación de payaso

-¿Qué tal la vida de docente universitario?
-Cada vez me gusta más. Hay una idea antigua que tengo y es que siempre quise haber sido humorista. Humorista bueno, tipo Coco Legrand, que cuente una rutina, no que cuente chistes. Y trato de hacer confluir eso, el oficio de docente con el de humorista y me gusta. Realmente me gusta estar delante de un público y que me escuchen a mí y yo contar las tallas. Es una contradicción a mi timidez natural. Cuando estoy delante de harta gente hablo como loro y me resultan todos los chistes. Como Coco Legrand, sé por qué camino irme y cuándo tirar el chiste. Toda mi vida he creído que puedo ser un payaso.
-Soltero empedernido tirando para solterón. ¿Cuál es la idea ahí?
-Solitario de vocación. Viejo mañoso. Requetecontra viejo mañoso. Un amigo me dijo que cuando se llega a la década de los 40 es la mejor época de la vida y uno tiene que estar pleno de realizaciones, porque si no, no resulta. “Y eso es, ahí está. Estoy en mi década de los 40 y tengo que dejar la grande. Tengo que escribir mucho y publicar mucho”, concluye el escritor apurando la última gota de un vaso de café cortado.

Un sorbo al Diccionario del Buen Bebedor

Arriba de la pelota

Estado de intemperancia que alude al escaso equilibrio y a la debilidad de piernas que evidencia un bebedor, similar al dificultoso acto malabarista de intentar subirse a una pelota y mantenerse por un periodo prolongado. Una instancia derivada es ser el balón, o sea, transformarse en el centro de la mesa realizando payasadas y actos humillantes que al día siguiente, por supuesto, no podrá recordar.

Cementerio

Lugar donde se depositan los envases vacíos de bebestible, muy común en los departamentos de estudiantes. De ello deriva el dicho de acompañar botellas al cementerio, para referirse a la acción de libar.

Chupilca del Diablo

Trago mítico que data de la Guerra del Pacífico, utilizado por los militares chilenos como estimulante del sistema nervioso central, caracterizado en su ingesta por una hiperventilación, taquicardia, identidad paranoide y sudoración. Se supone que se prepara con una medida de aguardiente y un poco de pólvora recién usada. Se utiliza actualmente como bebida de bautizo de los artilleros: apenas se acciona por primera vez una pieza de artillería, el aspirante debe tomarse un trago de aproximadamente un litro de vino tinto pipeño dentro de la vaina que acaba de usar.

Elías Figueroa

El nombre y apellido del más famoso defensa del fútbol chileno, lo recibe quien insiste en acompañar al buen bebedor en su ronda nocturna. Por lo general, es la polola, la novia o la esposa. Recordemos cuán implacable era Don Elías con los atacantes del equipo adversario: no los dejaba solos y anulaba cualquier iniciativa de juego individual o colectivo. Una frase equivalente es: andar con la marca. Y otra resume el espíritu metafísico de los hombres: cada cual tiene su propio Elías Figueroa.

Poniéndole wendy

Festiva y poética manera de referirse al acto de beber un apetecible potaje en compañía de amigos. El nombre deriva de la expresión tomar del bueno, o ponerle del bueno al cuerpo. El término alude a la famosa vedette de los años 60 y 70, Myrella Irene Smith Perchereaux, Wendy, cuyos atributos portentosos se invocan para adjetivar la calidad de la bebida que se consume.

Sacar a pasear el vaso

Dícese de la costumbre de ciertos bebedores que mantienen por largo rato intacto el contenido de un vaso, sin que avance la ingesta. Por eso se le indica que sólo ha sacado a pasear el vaso, como si fuese una mascota. Un sinónimo muy adecuado entre los estudiantes es: calentar la prueba. Otro dicho usado en esas ocasiones, para increpar al individuo: te noto débil.

Bibliografía de Tito Matamala

• Hoy recuerdo la tarde en que le vendí mi alma al diablo (era miércoles y
llovía elefantes), Mondadori, 1995.
• De cómo llegué a trabajar para Carlos Cardoen. Mondadori, 1996.
• Manual del buen bebedor. Planeta, 1999.
• Historias del bar La Trivia. Dolmen, 2002.
• Nuevo manual del buen bebedor. Dolmen, 2002.
• Dos novelas breves. Cuarto Propio, 2003.

Antologías:

• Relatos y resacas. Planeta, 1996.
• Honrarás a tu padre. Planeta, 1998.
• Desafueros. Planeta, 1999.
• Antología de autores latinoamericanos del siglo XXI. México, Editorial
Siglo XXI, 1998.
• Chile: a traveler’s literary companion. Traducido en inglés y publicado
en USA, editorial Whereabout, 2003.
• Con pocas palabras. Antología del microcuento chileno, 2005.

Libros: El alto costo de atravesar Los Andes

Este texto fue publicado en 2006


* Ejemplares argentinos vendidos en librerías chilenas son entre el doble y el triple más caros en nuestro país.
* Altos costos de importación y más intermediarios serían algunas de las causas de esta diferencia.

Cuando se consulta en Chile por qué la gente no lee, una de las explicaciones más recurridas es que los libros nuevos son demasiado caros. Muchos acusan al IVA, otros dicen que los libros baratos o en oferta no son los más interesantes de leer pero, en definitiva, el tema precio está presente en la mayoría de las excusas.
Por el lado de la producción nacional, los libros impresos en Chile, la verdad es que no hay mucho que reclamar ya que se pueden encontrar títulos nuevos desde cinco o seis mil pesos hacia arriba y sin mayor variación entre una librería y otra.
Donde sí se puede hacer una comparación que resulta dolorosa para el bolsillo es en los libros traídos desde Argentina, donde la actividad editorial es más fuerte y hay más material para elegir. Allí se encuentran ejemplares impresos en ese país que en Chile cuestan entre dos y tres veces más caros.
Para muestra, tres botones: El libro "Historia de la mafia", de Giuseppe Carlo Marino, impreso en Buenos Aires por Javier Vergara Editores, cuesta en esa ciudad 6 mil pesos chilenos. En Chile vale 15 mil. Libros de la Editorial Circe -biografías de artistas- han sido encontrados en Argentina a mil 700 pesos chilenos y acá valen 10 mil. Pero el ejemplo más notorio es el libro "2666", de Roberto Bolaño, de Editorial Anagrama e impreso en Argentina, que en una librería de Buenos Aires cuesta alrededor de 13 mil pesos chilenos y en Concepción, Chile, se vende a 32 mil. De hecho en la librería electrónica www.boutiquedellibro.com.ar fue encontrado a 68 pesos argentinos, 12.830 pesos chilenos según el cambio actual de 1 a 188, el que enviado a Concepción sube a 17 mil pesos.


Las razones

Eduardo Castillo, presidente de la Cámara Chilena del Libro, señaló respecto a la diferencia con Argentina que "cuando vendes un libro impreso allá en Buenos Aires, lo único que hizo fue el viaje desde la bodega a la librería. Para traerlo a Chile, a Concepción, por ejemplo, tiene que viajar 1.500 kilómetros y en varios trayectos, porque no llega directamente de Buenos Aires a Concepción. Entonces ahí hay un costo en flete. También está el problema de que pasas de un país a otro, con una moneda que no es fija y que puede variar entre el momento que compras y el que pagas. A eso hay que sumarle los gastos de cobertura, los bancos cobran comisión por emitir un pago de un país a otro. También, ya en Chile, hay que pagar el IVA por adelantado en la aduana. Puede haber pérdidas por robo o estropeo, lo que agrega un costo adicional y se trata de un riesgo porque se importan pocos libros cada vez".
Castillo destacó que al traer libros desde otro país se agrega un elemento que no está cuando se edita en el mismo lugar, como es el distribuidor, es decir, la cadena queda compuesta por editor-distribuidor-librero, y cada uno debe tener un margen de ganancia.

Valoración

El presidente de la Cámara Chilena del Libro, Eduardo Castillo, asegura que la falta de lectura es un problema de valoración del público hacia los libros. "Que los libros son caros suele ser una excusa para no leer. Si le preguntas, la gente piensa que los libros son interesantes. Pero si preguntas si han comprado alguno te dicen que no, que son caros, pero no han ido a las librerías o a las ferias a ver lo que hay, porque si lo hacen se encuentran con que hay libros desde mil pesos. La gente dice que no ha podido leer, pero sí ha ido al estadio, al cine, ha comprado discos. Es un problema de valoración del libro", insistió.
Castillo agregó que "hay que tomar en cuenta que en Chile el 75% de los libros son importados de España, México, otros países de Latinoamérica e, incluso, de oriente. Cuando uno importa libros, aparte de los costos propios de importación, como los fletes, etcétera, hay que añadir el riesgo cambiario que se puede escapar de las previsiones. Además hay que considerar que Chile es uno de los países con IVA más alto en el mundo. Sin embargo, cuando se trata de libros chilenos bajan considerablemente los precios", aseguró.
"Se han hecho esfuerzos muy importantes en los últimos años para sacar libros de bolsillo y ediciones más baratas en Chile", aseguró el dirigente, quien señaló que generalmente los márgenes brutos de ganancia que aplica un librero van entre el 35 y el 40 por ciento. "A eso hay que descontarle los gastos generales, la comisión al vendedor, los descuentos por pago contado, el 2,5% que se debe pagar si el cliente cancela con tarjeta de crédito o débito, etcétera", finalizó.

"Me produce espanto"

Jorge Jiménez, representante en la región de la Cámara Chilena del Libro y dueño de la librería Estudio se mostró impresionado por la gran diferencia de precios entre Argentina y Chile.
-¿Qué le parece que libros editados en Argentina y traídos a Chile sean hasta tres veces más caros acá que allá?.
-Si usted me lo dice no dudo de su palabra. Lo que dudo es que algo tiene que haber en alguna parte del camino de la importación de esos libros que me hace sospechar que no puede ser, la diferencia es horrorosa, ni siquiera el doble. Habrá algo más caro, los fletes, qué se yo, pero esa diferencia que usted me dice es horrorosa. Me produce espanto si es que es así, hace tiempo que no voy a Buenos Aires, no tengo referencia. Me produce terror pensar que los importadores tengan que aplicar márgenes tan altos.
-¿O sea que no es el librero el que se está haciendo rico con esto?
-Si fuera tan bueno el negocio habría más librerías en el país. Hay menos. Eso significa que el librero no está ganando esa diferencia.
Jimenez, quien ofrece el libro "2666" a 32 mil pesos, mostró la factura de compra al distribuidor donde el precio de venta al público es de 27 mil pesos, sumándole el IVA se llega a los 32 mil pesos.