Thursday, July 13, 2006

Fidel Sepúlveda"Tenemos una identidad que no funciona"



  • El filósofo habló sobre "Identidad y desarrollo cultural, vinculaciones con lo global" en el encuentro sobre el Bicentenario realizado esta semana en SurActivo.


Por Claudia Farías

Fidel Sepúlveda, doctor en Filosofía, asegura que identidad, diversidad y globalización son temas que no han sido tocados en profundidad en nuestra sociedad.
"Yo creo que aquí en Chile hay muy poca claridad respecto a los temas de la identidad, la diversidad y la globalización, a nivel conceptual y mucho menos a nivel político. El tema de la identidad no ha sido abordado como corresponde en ningún nivel, político, económico, ni en la educación. Ha faltado plantearse realmente qué es ser chileno, que notas nos caracterizan", destaca.

Temores versus deseos

Para empezar a definirla, Sepúlveda recuerda a un pensador francés que dice que las culturas se conocen según sus temores y según sus deseos. "El chileno está lleno de ciertos temores como el temor al qué dirán, el terror a decir la palabra que vaya a caerle mal a alguien, esta condición de crianza en lo represivo, lo inhibido, el miedo a la palabra verdadera, al gesto verdadero, a la decisión consultada con mi ser interno profundo y no con las conveniencias. Son características de una identidad menoscabada por el temor, pero experiencia humana individual y colectiva del pueblo chileno. Es algo que está a través de toda la historia chilena".
Respecto a los deseos señaló que "la salud del individuo y de las comunidades depende de sus sueños. Cuando tu estás sano no puedes no soñar. Lo puedes llamar sueños, proyectos, utopías. Pero es imposible que si hay un organismo sano dentro de la especie humana no tenga un proyecto, porque uno es lo que es, pero en gran parte lo que desea ser. Esto cómo ocurre en el chileno, ocurre responsablemente, con compromiso, o es algo en lo cual yo no creo, que sería bueno que sucediera. Yo creo que hay mucho de esta cosa volátil".
"Entonces si tu tienes en un polo a una humanidad arrinconada por el miedo, vaciada por el miedo, la angustia, y en el otro un proyecto que no está claro porque la sociedad no te ha enseñado a escucharte a entrar en diálogo contigo, tenemos una identidad que no funciona bien, una humanidad que no funciona bien".

Arribismo y abajismo

"Otro tema que me ha preocupado mucho en términos de la identidad -señala Sepúlveda- es el "arribismo" y el "abajismo". Chile es un país de arribistas, desde la más alta aristocracia hasta el más proletario de los proletarios, todos son arribistas. Todos quieren ser otros y quieren serlo dejando de ser lo que son. Eso es arribismo y esto despuebla a Chile de chilenos, porque no somos hijos de la nada, somos hijos de nuestros padres y abuelos y de la tierra. Entonces cuando yo, por el arribismo, prescindo de mis padres, de la madre tierra, de la historia, de la memoria y la tradición, cuando ignoro lo que soy es lógico que sea nada, no valga nada. Y tenemos que ser los ingleses o los norteamericanos o los japoneses de Latinoamérica. Entonces arribismo es el vaciamiento del que se es para ser otro".
"El abajismo, el complejo de inferioridad: quién soy yo para pensar, para creerme mis sueños y mis pensamientos, es una operación de ninguneo. El tener identidad me obliga a enfrentar las cosas, el ningunearme me exime de ello. Es la política del camuflaje, borrarme en el montón, no ser. Estos dos elementos a mi juicio conspiran contra la experiencia de humanidad libre, con capacidad crítica, con ejercicio de creatividad, con sentido de pertenencia".

Qué se puede rescatar

Para el filósofo hay aún algunos rasgos positivos en la identidad chilena. "A pesar de los pesares hay el ánimo de surgir, la gente quiere ser alguien, lo que pasa es que no hay las condiciones que faciliten capitalizar, encauzar este afán de ser alguien. Hay una capacidad crítica muy grande, que muchas veces nos pasamos para la punta en términos de crítica destructiva, pero hay una capacidad crítica. La gente tiene un margen por el cual se da cuenta de cuando le están contando el cuento, y eso es positivo. Hay una capacidad creativa, en todos los estratos, y uno lo admira mucho en los estratos populares. Hay una humanidad que no está entregada a cualquier cosa sino que quiere surgir".
"Hay esta maravillosa instalación de una doble porfía que es herencia de la historia chilena. La porfía de los mapuches que siguen luchando por seguir siendo lo que sienten que tienen que ser contra una sociedad dominante que no los escucha. Y está la porfía española, a Chile llegaron los españoles más porfiados que eran los mejores soldados porque venían a la guerra a un país tan pobre que no tenía cómo mantener el ejército. Entonces la gente que venía aquí, venía con una voluntad de ir adelante, como españoles, y con una voluntad de no dejarlos pasar de acá, los mapuches".
Para finalizar Sepúlveda destacó que "hay también el orgullo, esta cosa de la dignidad, el chileno que aguanta pero cuando le pisan los callos sale el indio, se para y no se deja atropellar, se enfrenta a quien sea que lo quiera atropellar".


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