Thursday, July 13, 2006

La vida literaria de Eduardo Meissner


  • Dejó por completo la docencia y puso una firme pausa a su pintura ya que está perdiendo la vista progresivamente.
  • Entonces el artista se ha dedicado a escribir, un interés que siempre tuvo pero que sólo ahora se ha convertido en su prioridad.


La afición de llevar consigo una libreta para tomar apuntes de sus viajes o de cualquier cosa que le resultara atractiva se transformó desde hace un tiempo en la base de la actividad principal de Eduardo Meissner: La literatura.
Hasta la fecha lleva escritos varios libros sobre distintos temas y continúa trabajando en algunos más en paralelo, como un libro de cuentos basado en historias de su infancia y la de su madre, una investigación llamada “El color en arquitectura” y una colección de cien minicrónicas de viajes.
“Desde hace dos años me estoy dedicando a incrementar mi cuarta o quinta profesión. Parece que hay un afán camaleónico en abarcar distintos campos de acción”, comenta riendo Meissner y agrega que también hay un motivo de fuerza mayor ya que “una afección ocular me está debilitando la visión progresivamente y parece que la ciencia todavía no tiene la terapia para atajar este proceso. Es un problema genético que no tiene relación con la diabetes. Entonces a mí se me va difundiendo la visión, de modo que he debido abandonar el ejercicio de la pintura y la docencia”, explicó.
Un dictador doméstico Eduardo Meissner contó que desde a lo menos 30 años “una de mis actividades predilectas y nunca realizada con intensidad ha sido la narrativa y el ensayo. Ahora tengo el tiempo y estoy dedicado a ello”.
“Tengo un secretario que trabaja conmigo -agregó- y recibe dictado.
Me he convertido en un dictador doméstico. Rosmarie (su esposa) dice que eso no es ninguna novedad para ella, porque siempre lo he sido”, comenta de buen humor.
La fuente principal de sus escritos en esta época es el viaje que hizo a Alemania en 2003, donde se integró a la vida cultural berlinesa. “Este es el ultimo viaje que yo hacía en condiciones de visión normal.
Llevaba un tema de estudio sobre el color en la arquitectura, un tema que habíamos empezado a realizar aquí con dos profesores, colegas de la Escuela de Arquitectura, Jorge Harris y Roberto Burdiles. Uno de los puntos destacados era averiguar lo que había sucedido en Berlín después de la reunificación. Luego me dispersé un tanto pero ahora estoy trabajando en esta obra, lo que podría corresponder a mi programa cultural de este momento, y espero que en marzo o abril los manuscritos estén terminados y listos para su publicación. Se va a llamar “El color en arquitectura”. Es una investigación sobre los mecanismos, los métodos y las experiencias por las cuales el diseñador fundamentalmente integra el color a su proyecto arquitectónico desde el tablero, o, ahora, desde su proposición digital”.

Volver a pintar

Acerca de la posibilidad de retomar la pintura Meissner dijo que “No puedo continuar con mi estilo parsimonioso y de detalles y de construcción fina de la forma. Tendría que someterme a un reciclaje y aprender una nueva técnica, quizás a través de un expresionismo gestual, de pinceladas repetidas, de grandes puestas en escena, grandes figuraciones, pero me cuesta todavía tomar una decisión de esa naturaleza, aunque se podría y tal vez los resultados podrían ser sorprendentes pero en este momento lo he ido desplazando y no he tomado la decisión porque tengo la parte de la narrativa muy presente”.

CasaPoli y otros textos

Sobre el proyecto cultural CasaPoli, un edificio ubicado sobre los acantilados de Coliumo que recibe artistas de paso y espera funcionar como centro cultural, Meissner señaló que los arquitectos diseñadores, Mauricio Pezo y Sofía von Elrichshausen han obtenido reconocimientos internacionales, han aparecido en publicaciones arquitectónicas de renombre de varios países, lo que ha llevado el nombre de CasaPoli a diversas latitudes.
Además, dijo “tenemos un libro muy atractivo realizado en la CasaPoli cuando estaba en construcción que sirvió de fondo para colocar muchas de mis esferas.
Es el libro de las esferas. Llevamos unos canastos con estas esferas y realizamos una puesta en escena. Se lograron una serie de vistas con un alto poder de sugerencia. De allí yo escribí un texto paralelo, son cien vistas con su texto acompañante. Ahora sólo necesito editor”.
Otro proyecto es “A la vera del Spree”, manuscrito de 250 páginas basado en sus anotaciones de viaje en Berlín. “Saqué un material realmente representativo de aspectos relacionados con el arte, la cultura, la arquitectura, el diseño actual y la presencia de personajes importantes en el manejo de esta situación en Berlín”, destacó. “Paralelamente tengo lista, y va con ilustraciones, mi colección de minicrónicas. Hace un par de años me publicaron una serie en El Sur. Yo quería completar unas cien y lo hice con esta estancia en Berlín y lugares cercanos como Bonn y Holanda.
Creo que podrían ser material para una publicación”.

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