Monday, July 17, 2006

Teatro E. Molina: un paso más cerca


  • La municipalidad ya tiene en sus manos el estudio del Idiem que asegura que el edificio se puede recuperar. Un concurso de propuestas de arquitectura permitirá definir qué uso se le dará.


Por Claudia Farías

Se ha despejado la incógnita. Aunque muchos lo sostenían desde antes, el estudio encargado al Departamento de Investigación y Ensayo de Estructuras del Idiem por el municipio penquista ya dejó absolutamente claro que las ruinas del Teatro del Liceo Enrique Molina pueden ser restauradas y este espacio puede recuperar su antiguo esplendor.
David Silva, ingeniero civil de ese Departamento, señaló en Concepción que “las conclusiones, que tiene la municipalidad en su poder, son que el teatro podría ser restaurado. Presentamos un proyecto de recuperación y con esto concluye nuestra etapa”.
Respecto a las características de esta propuesta de reforzamiento Silva indicó que “en general nos atuvimos a la solicitud de la municipalidad de mantener el diseño del teatro, pero hay partes que definitivamente no se pueden salvar. En general el proyecto que presentamos no altera mayormente las características del edificio. Hay algunas cosas que se tienen que reemplazar, pero se mantiene lo que es fachada.
En el interior hay cosas que es necesario reemplazar, especialmente en la zona de las escaleras.
No hay que rehacer la estructura, simplemente son cosas de refuerzo e intervenciones menores. Ahora queda en las manos de la municipalidad el proyecto de arquitectura que ya debería ser mucho más costoso, porque hay que rehacer terminaciones, mejorar las existentes, instalar butacas, escenario, etcétera que son cosas más costosas que el tema estructural.
Calculamos que el teatro puede ser para 300 a 500 personas, dependiendo de la configuración que se le dé como auditorio”.
La propuesta de reforzamiento hecha por el Idiem tiene un costo de 261 millones de pesos y fracción, se informó en la municipalidad.

La decisión

El tema ahora es qué destino se le dará al edificio. En ese sentido la alcaldesa Jacqueline van Rysselberghe dijo que “en el último directorio urbano, realizado hace dos semanas, planteamos las conclusiones del estudio y el acuerdo fue hacer un concurso para definir qué hacer con el teatro. Es decir, se puede recuperar como teatro, se puede establecer como espacio cultural, se puede construir todo de nuevo o dejarlo como está. Eso hay que definirlo”.
La jefa edilicia señaló que “personalmente pienso que sería un buen centro cultural para la ciudad.
Porque es un espacio que trasciende al liceo, que trasciende a la municipalidad, es un patrimonio de Concepción y, como tal, debe ser utilizado por toda la comunidad”.
Respecto a de dónde saldrían los fondos tanto para el reforzamiento como para la habilitación del recinto, la alcaldesa señaló que una vez que esté claro su destino se tendrá que postular a fondos nacionales o regionales, como el Fndr.
El arquitecto Sergio Baeriswyl, miembro del directorio urbano, señaló que el concurso es para reunir “ideas para definir la arquitectura de recuperación del teatro. Se acordó formar una comisión que estará conformada por representantes de las facultades de Arquitectura de las universidades del Bío Bío y Concepción, del Colegio de Arquitectos y de la Cámara Chilena de la Construcción, además de expertos en Patrimonio de la región.
Esperamos que la comisión se pueda reunir en unos 15 días para hacer el llamado al concurso. Así esperamos llegar a un concepto de lo más adecuado para ese espacio”, dijo el profesional.
Claro está que la propuesta de reforzamiento de la estructura que hizo el Idiem será una de las bases desde las que tendrá que partir cualquier proyecto que sea presentado a este certamen.

Un escenario con historia

El teatro del Liceo Enrique Molina Garmendia formaba parte de un antiguo proyecto que a comienzos del siglo pasado buscaba convertir el liceo en una universidad, la primera del sur de Chile. Sin embargo con la creación de la U. de Concepción en 1917 esta idea no se concretó, aunque se siguió adelante con la construcción del teatro y del internado del colegio.
De allí que en 1939 comenzara a utilizarse el edificio, el que funcionó sin inconvenientes hasta que el terremoto de 1960 derrumbara gran parte de las construcciones aledañas. A raíz de ello se decidió que el teatro ya no era seguro y no se volvió a utilizar, siendo desmantelada su decoración y quedando la estructura a la espera de una decisión definitiva sobre su demolición o restauración.
Desde entonces varias agrupaciones ciudadanas, especialmente de ex alumnos del liceo, han clamado porque se recupere esta construcción recolectando firmas, realizando eventos artísticos en su frontis y generando una corriente de opinión que ha ido cobrando fuerza en los últimos años hasta llegar a la destinación de fondos tanto municipales como del gobierno regional para intentar la recuperación del edificio.

El estudio

En los primeros días de febrero de este año un equipo del Departamento de Investigación y Ensayo de Estructuras (IEE) del Idiem de la Universidad de Chile se instaló en el Teatro Enrique Molina para analizar las ruinas y recolectar toda la información posible con la que después, en los laboratorios de Santiago, se determinaría la capacidad del edificio de resistir el uso público.
Para ello se hizo levantamiento de daños y geométrico, prospección de las fundaciones, recolección de testigos de hormigón y extracción de trozos de barras de acero, entre otras tareas.
Según lo que se vio en ese momento los daños más importantes están asociados a la corrosión en el acceso y las escaleras del teatro. También la construcción del cielo raso, de hormigón pero con poca cantidad de acero hacía prever que debería ser reconstruido. Sin embargo en el interior del recinto no se apreciaba un daño importante.

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