Monday, July 17, 2006

Manuela Gumucio:Escribir desde una familia de políticos



  • Presentar "Once mil vírgenes" en Concepción le resultó complicado a la autora "porque es como la tierra santa de Miguel Enríquez".



Con la sonrisa a flor de labios y la carcajada muy cerca, Manuela Gumucio impresiona por su cordialidad y su sencillez. La periodista y socióloga estuvo en Concepción el viernes haciendo gala de su nueva condición de escritora ya que presentó su primer libro "Once mil vírgenes".
Este, editado por Alfaguara, va por su segunda edición y pronto sacará una versión de bolsillo.

Ficción y realidad

-¿Cómo fue sacar la primera novela?
-Fue muy duro sobre todo porque aunque uno siempre escribe sobre su experiencia en ésta fue muy difícil camuflar los verdaderos personajes, aunque yo creo que es una ficción hecha y derecha, en la medida de que siempre hay una construcción, no es la verdad absoluta. Pero en el fondo los personajes son muy fáciles de identificar.
-¿Ha tenido problemas con algunos de esos personajes?
-No, porque uno de los personajes que es más conflictivo es mi madre, que, es bien injusto, pero no está en estado de enojarse. Pero es complicado venir a Concepción que es como la tierra santa de Miguel Enríquez y la novela es bastante irreverente con él como personaje. Claro que los verdaderos secretos no están ahí, no está todo contado, bajo la apariencia de que sí. Otro de los personajes que aparece es la madre de Miguel Enríquez que vivió toda su vida en Concepción.
-¿De dónde viene el título?
-Es de una parte del libro, bastante atrás, por eso cuesta un poco descubrirlo.
La protagonista dice que ella estuvo en un colegio donde la santa patrona era Santa Ursula. Y Santa Ursula es una leyenda en que ésta es como una princesa que va en un barco con once mil vírgenes a encontrarse con la persona que sus padres han decidido que se case y este barco es asaltado por los bárbaros hunos y ella las protege para que no las violen.
En el fondo la protagonista cuenta su dificultad en su relación con los hombres y entonces al final termina diciendo que una persona que ha vivido con esta imagen (de Santa Ursula) toda su vida no tiene otra cosa más que ser muy reprimida, con muchas dificultades (ríe).
-Detrás de su nombre van una serie de "adjetivos": pareja de Miguel Enríquez, mamá de Marco Enríquez-Ominami, pareja de Carlos Ominami, hija de Rafael Gumucio ¿Cómo se define?
-La verdad es que nunca me he acomplejado por eso. Efectivamente pertenezco a una familia de hombres políticos, no de mujeres políticas.
Creo que en ese sentido no nos hemos liberado porque yo también podría haber hecho una carrera política, pero nunca les he querido disputar eso, porque como soy mejor les puedo ganar (ríe). Que me agradezcan que me dediqué a la literatura y otras cosas. Yo soy periodista y soy directora de televisión y ahora estoy con la escritura que es lo que más me gusta, desde hace muchos años.
Por fin me puedo dar ese gusto.
-Volviendo al libro ¿qué influencias literarias tiene? -Me gustan los escritores ingleses sobre todo. Y lo que tiene mi libro es una cierta crueldad con humor, que es muy de la literatura inglesa.
-¿Es también su forma de ser?
-Sí, me encanta el humor hasta las últimas consecuencias. Miguel (Enríquez) decía que me parecía a una abuela suya que podía dejar cualquier embarrada con tal de hacer un chiste. Así soy yo.

Televisión súper mala

Manuela Gumucio dirige un observatorio de medios dedicado a evaluar la televisión. Por ello es una voz autorizada para criticarla.
"Creo que en televisión lo que está pasando hoy día es como refocilarse en el lodo. Creo realmente que la tevé está mandando una señal a la sociedad con este solazarse en las estupideces más grandes. Imagínate que venimos de tres portadas sobre Julio César Rodríguez de Las Ultimas Noticias y que todos los programas tienden y vierten hacia este pelambre institucionalizado".
"Yo creo que aquí hay una cosa que en cierto modo está hablando de una ruptura muy grande con los verdaderos temas del país. En el fondo es darle la espalda. Voy a decir una cosa medio loca pero es casi como una forma de rebeldía.
Es como "sabís que, hablemos de caca ¿ya?, porqué no hablamos de caca?". Pero yo te diría que hay un juego convencional, porque la gente a pesar de que ve esto y no le queda otra y se hipnotiza con esto -a mi también me pasa- hay una conciencia extendida, también en los sectores populares, de que esto es una televisión súper mala. Espero que sea sólo una racha".
Acerca de la excusa de que el rating manda, contestó que "el rating es una cosa que se crea.
No es tan sacrosanta, no es un instrumento de medición tan perfecto.
Además, el rating es una cosa que se trabaja, que se cultiva.
Tu generas un clima, un ambiente en torno a las cosas, entonces también puedes hacerlo en torno a otras cosas, si tienes voluntad".

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