Thursday, July 13, 2006

"La gestión cultural es una quijotada"


  • La recién nombrada directora del Centro Cultural de la Alianza Francesa reconoce que aún no sabe qué le gusta al público penquista.
  • Sin embargo, asegura que no ha perdido la fe en que se pueden lograr buenos espectáculos con apoyo masivo en la ciudad.


Por Claudia Farías.

Mónica González volvió de Argelia a Concepción cuando tenía 17 años. Vivió allá desde los 5 así es que su vida está ligada a la cultura francesa. Desde hace dos años y medios era coordinadora del Centro Cultural de la Alianza Francesa penquista y hace unos días fue confirmada en el cargo de directora, que se creó ahora que Alianza y colegio se separarán administrativamente.

"Ya, veamos"

-¿Qué visión tienes de la cultura en la ciudad?
-Yo creo que hay mucho por hacer. Todavía estamos en pañales. Al público cuesta movilizarlo, el mismo tema de siempre. En los privados todavía no hay una política sistemática de estar apoyando la cultura. Todavía no hay una cultura internalizada de que el arte es algo importante. Todavía lo ven como ocio, como lo primero que se puede descartar. Entonces no está internalizado en la gente el esfuerzo que hay detrás de una presentación de teatro o de un artista.
-¿Qué hace falta?
-Sabes, lo que falta de repente es que nos juntemos los gestores culturales, no hay una instancia de camaradería donde se pueda conversar, decir mira yo encontré aquí tal auspicio, por aquí va la cosa, te puedo ayudar en esto. No hay mucho esa política de generar instancias de conversación e intercambio. Lo he hablado en el Consejo de Cultura para generar esa instancia, porque cada uno tiene su línea cultural, la católica tendrá el jazz, yo también tengo el jazz, por eso nos unimos para hacer cosas en común. Pero todavía no hay esa instancia de invitar al otro a participar. No hay un momento en que nos podamos juntar y decir "ya qué podemos hacer, veamos políticas, directrices".
-¿Por eso tu crees que está muy en pañales el desarrollo cultural de la ciudad?
-A pesar que creo que hay mucho más de lo que había antes, hemos crecido, pero me parece que todavía falta mucho por hacer. Crear quizás una asociación de empresarios que fomenten el desarrollo de la cultura en la región. Instancias en donde los gestores se puedan juntar y puedan intercambiar ideas. Yo creo que lo mejor es poder trabajar con más personas, cada uno tiene algo que aportar, independientemente de que nuestras políticas sean distintas. A lo mejor el Teatro de la UdeC tiene más la línea de la ópera y la música clásica. Nosotros tenemos más el jazz, pero la gestión es la misma, el trabajo que hay detrás para lograr la búsqueda de auspicios es la misma. Eso podríamos trabajarlo, generar una instancia solidaria. O sea con la U. Católica yo logro trabajar bien porque hay esa instancia de tú pones esto yo pongo lo otro, Me llama un artista y no puedo darle la sala, yo le paso al otro. Sin prejuicio, una cosa más abierta, si somos pocos.


Blanco y negro


-¿Qué cosas te han sorprendido más por la respuesta de la gente?
-Lo que más me sorprendió fueron los cafés literarios que fue una sorpresa rica, gozosa, ver que los estudiantes necesitan expresarse, que la gente del mundo de las letras necesita un lugar que sea pública donde ellos puedan expresar su opinión. Se llenan estos cafés, hay intercambio, hay preguntas y se genera realmente un diálogo súper importante y se van satisfechos, con un aporte real.
-¿Y por el lado de lo malo?
-Lo más puntual en realidad fue lo de las voces femeninas. Igual coincidió el que el penquista es muy del tiempo. Si llueve o no llueve, gris o no gris. En ese sentido influye que haya una actividad y que llueva. Ya sabemos que va a llegar la mitad de la gente. No hay esa actitud de seguir funcionando, de salir igual con lluvia, hay un encierro. Cuando llueve como que todo se paraliza. De repente estamos hasta pensando parar las actividades en invierno. Más encima con los temporales, la gente no apareció. Por ejemplo, con Jeannette Pualuan que tu puedes decir no es tan conocida pero realmente la presentación de ella fue un gran espectáculo y llegaron 50 personas. Obviamente imagínate todo el esfuerzo que hay detrás de traer a la persona, al grupo, hacer la gestión, la difusión y llegan 50 personas, es decepcionante.
Me da la impresión de que el penquista le falta autoestima, le falta creerse el cuento, pasar las barreras. Está como para adentro, en una introspección que no es de las mejores.
-Es raro esto en una ciudad que en tuvo un gran florecimiento cultural. Pero ahora es algo absolutamente elitista y prescindible.
-Sí, no sé qué hace de su tiempo, a lo mejor la gente prefiere quedarse en la casa viendo tele. Tengo fe que sí, que en algún minuto se pueda ver un crecimiento en ese sentido. Voy a estar acá hasta cuando todavía tenga fe. Cuando la pierda me voy a ir. Yo creo que para ser gestor cultural en Concepción hay que ser valiente, apasionado, jugárselas todas por el proyecto. Es una quijotada.

Incertidumbre

-¿Qué atrae más al público en Concepción?
-Es un misterio el público penquista. Lo que es gratis, ni un problema. Pero la actitud de pagar por un espectáculo cuesta. Y eso que ahora todo el mundo está consciente de que hay que pagar todo pero en arte cuesta. Falta desarrollar esa parte.
Todo lo que seguimos haciendo es porque hay respuesta si no lo dejaríamos.
Las conferencias filosóficas se llenan de gente, es gratuito. El jazz no es gratuito, se llena de gente también. Pero cuando organizamos cosas más grandes siempre hay un dolor de guata frente a cosas pagadas, tu no sabes si va a venir o no gente.



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